Maider IANTZI GOIENETXE

Larrua estrena la pieza «Muda» como reflejo y celebración

La última obra del Proyecto Larrua, «Muda», es un viaje a través de la evolución de dos cuerpos que abandonan un estado de letargo, una pausa personal para, juntas, avanzar y abrir camino a una transformación. El estreno será mañana en el Festival Kaldearte de Gasteiz.

El Proyecto Larrua estrena “Muda”, su última pieza para espacios urbanos y no convencionales, cerrando un tríptico que la compañía de danza contemporánea desarrolla sobre la piel, el reconocimiento y la protección por medio de ella. Se trata de un viaje a través de la evolución de dos cuerpos en el que, por primera vez, Aritz López y Jordi Vilaseca pasan el testigo a dos mujeres, Helena Wilhelmsson y Laia Santanach, para que sean el reflejo y la celebración de los seis años de Larrua.

El estreno será mañana, viernes, en el Festival Kaldearte de Gasteiz, donde también actuarán el domingo. El sábado presentarán la obra en el Festival de Danza de Pasaia y en setiembre estarán en la Feria de Artistas Callejeros de Leioa.

GARA ha charlado con Vilaseca (Barcelona, 1982), bailarín y director junto con López (Gasteiz, 1988) de este proyecto que tiene su base en la capital alavesa. Acaba de salir de un ensayo y se encuentra animado. «Vamos perfilando la pieza y tenemos ganas de mostrarla», declara.

El importante paso de delegar

En esta pieza realizada para calle en formato corto (15 minutos), dos mujeres comparten un espacio, experiencias y un proceso de renovación abriendo paso a una nueva época. «Hablamos de la evolución, de la belleza de la madurez. El año pasado cumplíamos cinco años. Siempre hemos bailado Aritz y yo, y nos parecía bonito dar el testigo a dos mujeres para que fueran el reflejo de nosotros. Es una celebración. Es delegar».

Es un paso importante para ellos. Para Vilaseca, que es el coreógrafo de la obra, ha sido «muy raro» no tener a López en escena. «Ha sido raro pero muy bonito y fácil desde el primer día. Ellas son maravillosas, muy generosas, y han estado dispuestas a escucharnos».

Helena Wilhelmsson es colaboradora habitual de la compañía. En cambio, para Laia Santanach ha sido la primera experiencia con Larrua. Ambas son bailarinas experimentadas, «muy fuertes». No se conocían, pero Vilaseca les habló mucho a una de la otra. «Tienen buena química, se entienden bien físicamente. Ha ido todo a favor. Han trabajado muy duro».

El artista de Barcelona, que cuenta con una carrera profesional de más de veinte años como bailarín en diversas compañías de danza contemporánea, cuenta que hay algo muy característico de Larrua: «El cómo se hacen las cosas. Cómo miras, cómo tocas. Llenamos esa plaza del pueblo de una dramaturgia. Bailamos, por supuesto. Pero tomamos tiempo para el gesto, para la mirada, para sonreír y acompañarnos». Todo un reto para 15 minutos.

La música es de Marc Álvarez y el vestuario, de Marilo Miguez. «Hemos intentado recoger ideas del vestuario anterior que teníamos, por colores y patrones. Los pantalones son idénticos, pero la parte de arriba es diferente. Recuerdan a las anteriores piezas, ‘Larrua’ y ‘Ozkol’. Están hechos a medida, potenciando el físico de las bailarinas».

En cuanto a la música, «es un lujo que un compositor coja todo aquello que sientes y piensas para cada escena y lo transforme en una composición musical. Es un lujo todo. Esto te acompaña y te arropa mucho en la creación. Hemos estado cocinando todos juntos; mucha gente, también Aritz con la asistencia coreográfica. Siempre hemos abogado por ser lo más profesionales posibles, dando de comer a mucha gente y gestionándolo bien».

El Proyecto Larrua

Larrua no quiere funcionar solo coreográficamente, sino que aborda campos como la formación. Fruto de esto es su programa LarruaLab, un seminario de danza contemporánea en Gasteiz, y el Virtual-Lab, un magazine creado durante el confinamiento. «Intentamos acercar la danza, ofreciendo clases, piezas de compañeros que había en streaming, entrevistas... Tratamos de compartir y hacer comunidad de la danza, porque fue duro para la profesión», explica sobre el Virtual-Lab.

El seminario LarruaLab pretende «dar vida y danza a Gasteiz y alrededores. Potenciar la danza, darle fuerza, llenar la ciudad de profesionales de un nivel top». También es un lugar de compartir. «Ojalá podamos hacer la segunda edición. Para ello necesitamos ayudas».

La compañía también tiene un programa de audiencias con el cual trabajan mano a mano con los teatros para generar público y acercar la danza. Por ello, más que una compañía, consideran que Larrua es un proyecto base desde donde salen muchas ramas. Promueven las producciones, permiten formar a gente, y acercan este arte mediante la mediación y la colaboración.