GARA
CARBIS BAY
CUMBRE DEL G7

EEUU aprovecha la cumbre para cimentar el bloque contra Rusia y China

Los líderes de las grandes potencias mundiales planifican en la cumbre del G7 en Cornualles la recuperación global tras la pandemia en un escenario de crisis climática y, a la vez, su posición de bloque frente a Rusia y China, vistos como amenazas. Estados Unidos aprovechó para reiterar la presión sobre Pekín, que sus aliados comparten.

Los líderes de las grandes potencias del G7 iniciaron en Carbis Bay, en Cornualles, la cumbre de tres días para planificar su estrategia global de recuperación tras la pandemia. «Debemos asegurarnos de aprender de la pandemia y no repetir algunos errores», afirmó el anfitrión, el primer ministro británico, Boris Johnson.

El presidente estadounidense, Joe Biden, llegaba con la intención de liderar el nuevo marco internacional con el lema del «regreso» de EEUU al escenario multilateral tras el mandato de Donald Trump. «Espero fortalecer nuestro compromiso con el multilateralismo y trabajar con nuestros aliados y socios para construir una economía mundial más justa e inclusiva. Manos a la obra», indicó. Se presentó adelantando a sus socios en el anuncio de reparto de vacunas e impuestos a multinacionales, pero sobre todo con el objetivo de consolidar un frente unido contra Rusia y China.

«La línea europea en este sentido es clara: China es un rival sistémico, un socio en asuntos globales y un competidor. Los europeos tienen la intención de continuar implementando esta estrategia común y tendrán la oportunidad de discutirla con el presidente Biden en este G7», coincidió el Elíseo.

Igualmente, el asesor de seguridad nacional de Biden, Jake Sullivan, adelantó que su país quiere organizar un «plan de acción» frente a los ciberataques de los que acusa a Rusia de permitirlos o albergarlos.

A su vez, el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, eligió precisamente este momento para mantener una tensa conversación telefónica con su homólogo chino, Yang Jiechi, en la que volvió a enumerar los reproches de Washington a Pekín. Así, pidió a China «transparencia» sobre el origen del covid-19, volviendo a ignorar las observaciones de la OMS. Yang denunció esta vía como «absurda» e instó a los estadounidenses a no politizar este tema.

Blinken también reiteró su «preocupación» por la presión a Taiwán, Hong Kong o «el genocidio» de los uigures.

«EEUU debe resolver sus propias violaciones graves de derechos humanos y no utilizar los supuestos problemas de derechos humanos como pretexto para interferir arbitrariamente en los asuntos internos de otros países», replicó Yang Jiechi, que criticó el «pseudomultilateralismo basado en los intereses de las camarillas y en una política de bloques».

Un reparto de vacunas criticado por insuficiente e interesado

Acusados de monopolizar la mayor parte de la producción de vacunas, los líderes del G7 acordaron entregar «al menos mil millones de dosis» con el objetivo de acabar con la pandemia en 2022. EEUU ya se ha comprometido a dar 500 millones de dosis y los británicos, 100 millones. Pero ONG como Oxfam lo juzgan insuficiente: subrayan que se necesitan al menos 11.000 millones de dosis para erradicar la pandemia y abogan por la suspensión de las patentes de vacunas para permitir la producción en masa. Para Amnistía Internacional, la propuesta del G7 es tan solo «una gota en el océano». «No está lo suficientemente cerca» de las necesidades «y no aborda los problemas de raíz en juego. No solo es poco ambicioso, sino que huele a interés propio», recordando que los países del G7 «tendrán un excedente de 3.000 millones de dosis para fin de año».GARA