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ROMA

Draghi reorienta a Italia hacia el seno de la OTAN y la UE alejándose de Pekín y Moscú

El jefe del Gobierno italiano, Mario Draghi, ha despejado esta semana la ambigüedad que había marcado la política internacional de sus predecesores, más inclinados hacia Rusia y China, al fortalecer la alianza de Italia con la UE y la OTAN durante las recientes cumbres del G7 y de la Alianza Atlántica.

El expresidente del Banco Central Europeo (BCE), exejecutivo de Goldmans Sachs y del Banco Mundial afirmó que Italia tiene su corazón en Occidente, forma parte de la familia europea, es partidaria del atlantismo y comparte los valores de las democracias liberales.

Además, este economista formado en EEUU, arremetió contra «China y todas las autocracias en general, que usan la desinformación, secuestran aviones en vuelo (en referencia a Rusia), raptan y matan, no respetan los derechos humanos y usan el trabajo forzado».

Una posición que contrasta con la de los dos Gobiernos anteriores, liderados por Giuseppe Conte, que en el primero contó con el respaldo del Movimiento 5 Estrellas (M5S), habitualmente calificado como antisistema, y la ultraderechista Lega de Matteo Salvini.

Salvini, que fue su vice primer ministro, es un gran admirador de Vladimir Putin y de Donald Trump, y solía decir que políticos como ellos, «que se preocupan por los intereses de sus propios ciudadanos, se necesitan por decenas» en Italia.

En marzo de 2019, el Ejecutivo de Conte firmó un memorando de entendimiento para sellar la entrada de Italia en el proyecto de la nueva Ruta de la Seda, una alianza con China para la construcción de infraestructuras marítimas y terrestres. Interrogado el domingo sobre ese acuerdo, Draghi se limitó a responder: «Lo examinaremos detenidamente».