Mikel INSAUSTI
CRÍTICA «Bienvenidos a España»

El juego de las mil y un diferencias

El documental del extremeño Juan Antonio Moreno Amador apuesta por el juego de contrastes, por el humor colorista, y todo cuanto de chocante o pintoresco puede ofrecer el intercambio cultural. Ya parte de un planteamiento inicial cuando menos sorprendente o llamativo, porque nadie se imagina un centro de acogida de refugiados como el que aquí se nos presenta. Inmigrantes de todas las latitudes son agrupados en lo que antes fuera un club de alterne, el Maravilla, situado en una salida de la autovía en el barrio sevillano de Torreblanca. Para mayor surrealismo escénico, el guion quiere que el dueño del antro se disfrace de Rey Mago, debido a que es Navidad, con lo que hace las veces de anfitrión dispuesto a materializar los deseos de sus visitantes. Un recibimiento que pronto, ya en la calle, se confundirá con el negocio turístico del tipicismo andaluz que aturde y sobrepasa a unas personas procedentes de economías pobres.

Del primer impacto el grupo pasa a ir discerniendo la complicada realidad social que les aguarda, comprobando que los problemas no van a desaparecer con la distancia que les separa de las guerras, las persecuciones por razón de sexo o la explotación que han dejado atrás. Ahora les toca enfrentarse al obstáculo no menos insalvable de la burocracia, con tal de legalizar su situación y poder encontrar vivienda y trabajo estables. Por el camino comprenden asimismo las dificultades de la integración, ya que las costumbres y comportamientos que observan son totalmente diferentes de los suyos, por más que estén en el extremo sur de Europa.

Al frente del complejo diferencial se sitúa una familia numerosa procedente de Libia, cuyo patriarca no entiende la relación que se establece en el primer mundo entre la gente y sus mascotas, pues considera que los animales deben juntarse entre si para procrear. Y, tirando del hilo, se posiciona en contra de la baja natalidad occidental.