Jeffrey Donaldson, una figura moderada del unionismo en el norte de Irlanda, fue nombrado ayer nuevo líder del DUP, el principal partido de la provincia británica en plena crisis política agravada por las tensiones posbrexit. Este diputado de 58 años debería convertirse en el tercer primer ministro en un mes del Gobierno norirlandés de poder compartido por DUP y Sinn Féin.

«Quiero aportar estabilidad», aseguró Donaldson, nombrado en un contexto muy tenso, a pocos días de que entren en vigor las nuevas restricciones al comercio entre la isla de Gran Bretaña y el norte de Irlanda tras el Brexit, en el centro del conflicto entre Londres y Bruselas.

Donaldson instó al Gobierno británico y a la Unión Europea (UE) a «intensificar sus esfuerzos» y a «reconocer los defectos» del protocolo norirlandés negociado en el marco del Brexit, muy criticado por los unionistas porque instauró, desde el 1 de enero, un estatuto aduanero particular para el norte de Irlanda.

Para evitar reimponer una frontera física con la República de Irlanda –miembro de la UE–, el acuerdo mantiene al norte de Irlanda dentro del mercado único europeo y de la unión aduanera para las mercancías.

Los unionistas están furiosos por ese protocolo, que, dicen, socava el lugar del norte de Irlanda en Reino Unido y el flujo comercial. Al contrario que su predecesor Ewin Poots, no pidió la eliminación de esas disposiciones. «El Gobierno y quienes pretenden proteger la paz y la estabilidad deben actuar y tratar el Protocolo de forma que respete la integridad constitucional y económica del Reino Unido», subrayó.

Donaldson, único postulante a liderar el partido, perdió en mayo la carrera por el liderazgo en favor de Poots, un fundamentalista protestante y partidario de una línea unionista dura que anunció su dimisión la semana pasada, al cabo de tres semanas, víctima de una rebelión interna.

El aún diputado dijo que cuando sea ratificado líder quiere dejar su escaño en Londres para ser ministro principal en el Ejecutivo norirlandés. Esto significaría el cese en ese puesto de Paul Givan, nombrado por Poots contra la voluntad del partido y que se convertiría en el ministro principal con el mandato más corto de la historia norirlandesa.

Poots, que el 14 de mayo sustituyó a Arlene Foster, forzada a dimitir por desavenencias internas, renunció el 17 de junio, entre críticas de sus colegas por cerrar un polémico acuerdo con Sinn Féin y Londres a cambio de que los republicanos apoyaran la formación de un Gobierno con Givan.