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KABUL

Los talibanes dominan al menos 50 distritos y el paso clave a Asia Central

Los talibanes avanzan rápidamente en la ofensiva que lanzaron con el comienzo de la retirada de las tropas extranjeras, controlan decenas de distritos y se están posicionando para conquistar numerosas capitales provinciales en cuanto se complete la retirada. Ayer se hicieron, además, con un importante paso fronterizo a Tayikistán y Asia Central.

Desde que Estados Unidos comenzó en mayo la retirada de sus tropas, seguido por la misma medida del resto de fuerzas de la OTAN, los insurgentes no han dejado de ganar terreno rápidamente y han tomado ya más de 50 de los 370 distritos de Afganistán, según la ONU.

El Ejército afgano está siendo atacado por todos lados, especialmente en las provincias del norte, (Kunduz, Baghlan, Badakhshan, Faryab y Maimana). Ha sufrido numerosas bajas, incluso en las filas de sus fuerzas de élite, y se ha visto obligado a abandonar puestos de avanzada sitiados en zonas remotas.

Según los propios talibanes y otras fuentes, el control insurgente sería aún mayor y afectaría casi a una cuarta parte de la población del país (7,3 millones de personas).

La enviada de la ONU para Afganistán, Deborah Lyons, subrayó ayer ante el Consejo de Seguridad la gravedad de la situación y pidió a la comunidad internacional presión para lograr que los talibanes vuelvan a la mesa de negociaciones y discutan un alto el fuego con las autoridades afganas, subrayando que lo que ocurra en Afganistán tendrá consecuencias a nivel internacional y puede crear condiciones «para que los grupos terroristas» planeen y ejecuten operaciones con alcance global.

La actual ofensiva se inició a comienzos de mayo, cuando EEUU y la OTAN comenzaron la última fase de la retirada definitiva de sus tropas, un proceso que concluirá en setiembre.

Según Lyons, «la mayoría de los distritos tomados rodean capitales provinciales, lo que sugiere que los talibanes se están posicionando para tratar de hacerse con esas capitales una vez que las fuerzas extranjeras se hayan retirado totalmente». También están tomando bases militares y ayer dieron un paso más y se hicieron con el control de la principal ruta de salida de Afganistán a Tayikistán, eje clave en las relaciones económicas con Asia Central.

Los insurgentes ocupan ahora el puesto fronterizo de Shir Khan, el más importante con Tayikistán y los otros pasillos hacia ese país, así como los distritos que conducen a la capital nororiental, Kunduz, a unos 50 kilómetros de distancia.

El portavoz insurgente, Zabihullah Mujahid, aseguró que «estaban en el proceso de restaurar una situación normal» en la frontera y quiso tranquilizar a Tayikistán: «No le deseamos ningún daño y mantendremos la frontera del lado afgano», insistió. Ante el avance relámpago de los talibanes, el Ministerio de Defensa envió a Kunduz refuerzos de cientos de hombres, en su mayoría de comandos de fuerzas especiales.

Esta capital provincial que ya cayó dos veces, en 2015 y 2016, en manos de los insurgentes ahora está rodeada y desde el centro se escuchaban disparos.

La pérdida del cruce fronterizo, un puente sobre el Panj, un río que conecta Kabul con Dushanbe, la capital tayika, y el resto de Asia Central, supone un serio revés para el Gobierno afgano. Según el especialista en temas de defensa Atiqulah Amarkhail, «la incapacidad para defender una posición tan importante atestigua las dificultades de las autoridades para mantener el control sobre el terreno».

El presidente afgano busca apoyo militar en Washington

En el contexto de avance talibán, el presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, y Abdullah Abdullah, presidente del Consejo Supremo de Reconciliación Nacional, discutirán el viernes en Washington con el presidente de EEUU, Joe Biden, el suministro de equipo, capacitación y asistencia financiera a las fuerzas afganas. El Pentágono insinuó que las operaciones de retirada podrían ralentizarse para hacer frente a los ataques, pero sin dejar de cumplir la fecha límite del 11 de setiembre para una salida completa. Mientras, el hombre fuerte del norte, el exgobernador de la provincia de Balkh Mohammad Atta Noor pidió al Gobierno que decrete una movilización nacional para contrarrestar las ofensivas de los talibanes. Por su parte, el líder talibán, Mullah Baradar, reafirmó la voluntad de establecer «un auténtico régimen islámico a través de la negociación», pero el diálogo con el Ejecutivo se ha estancado. Baradar reclamó la liberación de los prisioneros restantes y la eliminación de los líderes talibanes de las listas negras de la ONU. GARA