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Lakua busca las «oportunidades» de la crisis para el desarrollo industrial

El Gobierno PNV-PSE ha aprobado un nuevo plan de desarrollo industrial, en esta ocasión enmarcado en la fase de «recuperación y transformación de la economía» tras el impacto del coronavirus. La estrategia de Lakua incide en la internacionalización como «palanca competitiva» y en «aprovechar las oportunidades aceleradas por la pandemia de la covid-19» para la generación de nuevas actividades en ámbitos como el energético o el tecnológico-digital.

El Consejo de Gobierno presidido por Iñigo Urkullu aprobó ayer el “Plan de Desarrollo Industrial e Internacionalización 2021-2024” –abreviado como PDII 2024– que presentó como «la principal herramienta para la recuperación y la transformación de la economía vasca».

Aboga por «un modelo de desarrollo sostenible e inclusivo» y contempla medidas con «impacto en el corto, medio y largo plazo», ya que tiene en cuenta no solo la situación coyuntural. Y, teniendo «un carácter transversal», viene a ampliar el catálogo de iniciativas «orientadas a la competitividad»: PCTI2030, el Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación; la Estrategia de Transformación Digital 2025, y Berpiztu, el Plan Estratégico de Transición Energética y Cambio Climático 2021- 2024.

El nuevo plan plantea que dentro de cuatro años «la industria y los servicios avanzados» supongan más del 40% del producto interior bruto (PIB), un punto y medio más que el último dato oficial actualizado, el correspondiente a 2019, antes de la irrupción de la crisis provocada por la pandemia, cuando alcanzó el 38,5% del volumen total de la economía de la CAV.

Otro de sus objetivos es alcanzar «la propensión exportadora de un tercio del PIB» al final del periodo, al «incrementar la tendencia de las empresas vascas a establecer implantaciones en el exterior», así como lograr la convergencia en I+D con la media europea.

Los cinco retos destacados por el Ejecutivo PNV-PSE se completan con la meta de «incrementar un 10% la creación de empresas tecnológicas y posicionar a Euskadi como ecosistema tractor de startups internacionales que colaboren con la industria local», y el deseo de «aprovechar las oportunidades aceleradas por la pandemia de la covid-19 para la generación de nuevas actividades en ámbitos relacionados con las transiciones energético-climática y tecnológico-digital».

El presupuesto inicial para desarrollar el PDII cuenta con una previsión de 1.642 millones de euros para este año, estimando que durante el periodo 2021-2024 el Departamento de Desarrollo Económico que dirige la consejera Arantxa Tapia pueda habilitar un volumen total de 4.106 millones.

En cuanto a las previsiones para el sector industrial, Tapia indicó que son buenas y que las oportunidades que se pueden abrir «son, incluso, excelentes».

El Ekonometro refleja un nivel de confianza muy alto

En la línea de lo indicado por Arantxa Tapia, muchos economistas vascos se muestran optimistas respecto a la recuperación de la CAV y su percepción sobre la situación económica general ha experimentado una notable mejoría respecto al pasado mes de diciembre.

Así lo indicaron ayer, en un acto que tuvo lugar en Bilbo, Joseba Barandiaran, portavoz del Colegio Vasco de Economistas, y Mercedes Vallejo, profesora de la UPV/EHU y autora del Ekonometro, la encuesta semestral que se realiza entre sus colegiadas y colegiados.

Del estudio realizado entre mayo y junio se desprende que el 60,3% considera que ha mejorado algo o bastante respecto al Ekonometro de diciembre, mientras que el 20% considera que ha empeorado. Cuestionados sobre las perspectivas futuras, más del 70% cree que la situación mejorará y menos del 15% que empeorará, con lo que los niveles de confianza sobre la buena marcha de «la economía vasca» se sitúan en niveles similares a los de 2017, cuando alcanzó una de sus cotas más altas.GARA