Imanol INTZIARTE
DONOSTIA
Elkarrizketa
ENEKO GOIA
ALCALDE DE DONOSTIA

«Lo que hemos vivido ha afectado sobre todo a los más vulnerables»

Eneko Goia cumple su segunda legislatura, un periodo marcado, cómo no, por una situación inesperada. La ciudad va recuperando su ritmo, aunque la pandemia «ha tenido repercusión sobre todo en las capas más vulnerables».

FOTOGRAFÍAS: Jon URBE | FOKU
FOTOGRAFÍAS: Jon URBE | FOKU

Superado el ecuador de la legislatura, GARA continúa con Eneko Goia una serie de entrevistas con alcaldes de capitales vascas. Los efectos de la pandemia, el aumento de las familias necesitadas de ayuda, los derrumbes del metro, la eterna carestía de la vivienda, el convenio por los cuarteles de Loiola, los botellones o el proyecto de olas artificiales en Antondegi son algunos de los temas que se ponen sobre la mesa.

Hemos sobrepasado el ecuador de una legislatura marcada por la pandemia. ¿Diagnóstico?

Estamos en mitad de una legislatura absolutamente marcada por una cuestión imprevista. Esto no estaba programado y ha hecho que se nos trastocaran bastantes cosas, que tuviéramos que ponernos a otras cosas con las que no habíamos contado.

El balance que se puede hacer es que los proyectos que estaban lanzados o en distinta fase de maduración, a pesar de las dificultades, continúan su curso. Probablemente la pandemia nos va a generar que sobre lo que podíamos haber pensado tengamos un año de retraso o algo así, pero sustancialmente no cambian las grandes apuestas que tenía la ciudad.

Al margen del aspecto sanitario, el virus ha tenido impacto en el capítulo de gastos e ingresos. ¿Está cuantificado?

Está cuantificado hasta cierto punto. En una gran parte dependemos del Fondo Foral de Financiación Municipal. Las previsiones que se nos hacen llegar desde la Diputación no son malas. Tuvimos un momento en el que pensábamos que iba a ser muchísimo peor.

El año pasado sí que sufrimos un decremento de ingresos considerable y déficits adicionales, sobre todo por la prestación de servicios como el transporte público, instalaciones deportivas, Donostia Kultura…

Este año no está siendo tan notable, ni mucho menos, ya se han recuperado muchos de los servicios en cuanto a usuarios. Y los ingresos están funcionando bastante bien. Parece que 2021 va a ser bastante normal, aunque estamos a la expectativa de los famosos fondos europeos, que creo que llegarán pero están haciéndose de rogar. No pinta mal, dadas las circunstancias.

Muchas veces ponemos el foco en otros asuntos más llamativos, pero la concejala de Acción Social, Aitziber San Román, ofreció un dato muy preocupante. En 2020 creció en un 20% el número de familias que cobró Ayudas de Emergencia, fueron más de 3.000 familias.

Eso es prueba irrefutable de que la situación que hemos vivido ha tenido repercusión, sobre todo en las capas más vulnerables. La situación va a mejor, por decirlo de alguna manera hemos pasado el pico, pero no podemos bajar la guardia, porque aún queda y puede haber situaciones de fragilidad que necesitarán atención durante bastante tiempo.

En Donostia tiene mucha importancia el sector turístico, muy afectado. Parece que se está recuperando…

Sí que se ve movimiento. Las empresas nos dicen que para este verano no tienen malas perspectivas, aunque esto es un no se sabe. Pero en este momento están esperanzados. Tampoco el verano del año pasado fue tan malo, pero se acabó septiembre y el 1 de octubre cayó a cero, y hasta junio no ha habido movimiento. Lo importante sería que no se repitiera esa situación.

Con la tasa de incidencia al alza se anunciaron medidas contra los botellones. En las últimas semanas estábamos viendo imágenes de basuras y plásticos, sobre todo en el puerto. ¿Cómo se controla eso?

No es nada sencillo controlar algunas situaciones cuando adquieren cierto volumen. En las actuaciones que puedas llevar a cabo con la Policía Municipal o la Ertzaintza siempre tienes que tratar de utilizar un criterio de proporcionalidad. Y cuando hay grandes cantidades de gente tienes que medir mucho.

Estamos viviendo un fenómeno que ha cogido bastante fuerza en todos los municipios, porque con los alcaldes con los que hablo, da igual el color, dicen que todos estamos igual. Estamos con un ‘desfogue’ que está generando situaciones muy complicadas de gestionar.

Y más allá del punto de vista epidemiológico me preocupa también desde el punto de vista de molestias a los vecinos, de la suciedad, del comportamiento cívico. Tenemos que trabajar en la concienciación. Sería un problema que la enfermedad pase y eso se quede.

Otros temas. Los derrumbes de la obra del metro. No es competencia del Ayuntamiento pero…

La mayoría de la obra civil está ejecutada. Esta mañana hemos hecho una visita (la entrevista se grabó el miércoles). Ha llegado la máquina desbrozadora por la calle Easo y la están montando, y en el lado de La Concha, que es donde estuvo el incidente, nos han dicho que no empezarán hasta septiembre, aunque se están haciendo otras cosas.

Es cierto que ha aparecido una incidencia. En obras de este calibre eso no es raro. Lo importante es que no tenga consecuencias graves, que afortunadamente no las ha tenido. Entiendo que quien es responsable de la obra ha hecho lo que tenía que hacer, rescindir el contrato y rehacer el proyecto original.

Y conforme a ese nuevo proyecto, que es verdad que tiene un incremento en coste y plazo, se ha vuelto a sacar a licitación. Confiamos en que en base a ese nuevo proyecto ese tramo se pueda hacer con seguridad.

También está en marcha el tramo desde Altza hacia Pasai Antxo y Errenteria. El proyecto original era ese, pero en un primer impulso solo se llegó hasta Altza, que se dejó como un ‘cul de sac’.

El proyecto estaba dividido en dos, siempre estuvo dividido en dos. Se ejecutó una parte y no se sabía cuándo se iba a ejecutar la segunda. Creo que es una mejora más dentro de un montón de piezas. Todas son piezas del mismo puzzle, de un sistema de transporte público por ferrocarril en el entorno metropolitano de la ciudad.

Otra cuestión siempre vigente es la de la vivienda. Se ha firmado lo de los cuarteles de Loiola, está lo del Infierno, la parcela de “El Diario Vasco”… Siempre es “vamos a hacer más”, pero sigue siendo inalcanzable.

Hay que reconocer que es un problema muy complejo. Dentro de lo que son las posibilidades de un Ayuntamiento, tenemos una promoción de vivienda pública notable. Con eso puedes dar respuesta a una parte, no a todos, ya lo sé.

Y luego hay otras cuestiones que para nosotros son interesantes y en las que estamos dispuestos a colaborar. Lo pusimos por escrito con Elkarrekin Donostia cuando alcanzamos el pacto de los presupuestos para 2021. Tenemos recargo al IBI a las viviendas vacías. Estamos dispuestos a seguir avanzando y tomando medidas.

En todas las promociones de la ciudad vamos por lo menos al 50% de protección, siendo un 40% lo que la ley obliga. Hacemos una apuesta porque los ámbitos que se desarrollen tengan un porcentaje alto de vivienda protegida.

Al menos se ha conseguido mover a los militares.

Eso era muy importante para la ciudad. Donostia tampoco es que tenga muchas más posibilidades de desarrollo, salvo que hagas algunas cosas que hoy en día nadie se está planteando hacer, como las 3.000 viviendas que estaban previstas en Antondegi o las de Auditz Akular. En la revisión del Plan General habrá que pillar ese toro por los cuernos, porque está vigente y habrá que cambiarlo.

Los sitios disponibles están en la vega del Urumea (como Txomin Enea o Astigarraga, este último ya fuera del término municipal), que además necesitaba una regeneración. Los cuarteles son el mejor espacio llano que nos queda y puede ser destinado a un uso mucho mejor para la ciudad que lo que es ahora, que no aporta gran cosa siendo cuartel.

Hemos hablado de la vega del Urumea. Los vecinos de Txomin se quejan de que el barrio está sin terminar y de que parte del dinero para eso se terminó destinando a Hondalea…

Eso no es verdad, la segunda parte, y lo he discutido muchas veces. Una mentira, porque se diga mil veces, no se convierte en verdad. Es cierto que faltan cosas por terminar. Paso por allí, tengo ojos y lo veo. Estamos trabajando para que la contrata las termine, las remate y podamos recepcionar la urbanización.

Aún y todo, somos conscientes de que en Txomin faltan muchas cosas por hacer, y no son remates. La Plaza Arteleku la tenemos que empezar ahora, los dos bloques del Gobierno Vasco están en ejecución, cuando se vaya la cárcel de ahí, esperemos que dentro de un par de años, va a seguir siendo un barrio en obras. Es un barrio que está en creación.

Otro lugar que hemos mencionado es Antondegi, donde hay una polémica a cuenta de la posible instalación de la empresa Wavegarden y su parque de olas artificiales.

Desde el punto de vista urbanístico, ahí había previstas 3.000 viviendas. Nosotros no tenemos ninguna intención de construirlas, me parecería un disparate. ¿El que pueda haber un equipamiento deportivo de estas características o similares es incompatible con Antondegi? Yo entiendo que no tiene por qué. El nivel de ocupación que se plantea respecto a las 3.000 viviendas que estaban previstas es infinitamente menor.

¿Que un proyecto tenga que cumplir todos los parámetros mediambientales que se le impongan? Evidentemente. Pero creo que se puede hacer adecuadamente como para que sea compatible con el entorno. No voy a desmerecer los valores de Antondegi, que los tiene, pero también tiene cosas absolutamente mejorables.

La última, ¿qué le pasa al polideportivo de Altza? Acumula un retraso enorme.

Se decidió hacer en ese solar y luego descubrimos que teníamos un problema con suelos contaminados. No quiero echarle la responsabilidad al anterior Gobierno, nos podía haber pasado a nosotros. Eso nos ha costado tres millones de euros como Ayuntamiento, aparte de todos los retrasos.

Y luego, empezada la propia obra, ha habido otra serie de incidencias. Estamos viendo la luz al final del túnel, nuestra previsión es que el edificio esté para este otoño, podamos empezar a meter las máquinas y para principios de 2022 esté operativo. Hemos sacado a concurso las piscinas, que es la pieza que le queda al puzzle, y para el verano que viene confiamos en que las podamos disfrutar.