GARA
CICLISMO

Landa busca en Burgos la forma ideal para la Vuelta

Tendrá enfrente a rivales de la talla de Bernal, Simon Yates, Carthy y Vlasov.

Las cinco jornadas de la Vuelta a Burgos, que se inicia hoy desde la catedral de la ciudad castellana, le vienen que ni pintadas a Mikel Landa (Bahrain) para ponerse a tono de cara a la Vuelta, su gran objetivo de la temporada, después de la caída que sufrió en el Giro, lo que le obligó a retirarse en la ronda italiana y la imposibilidad de poder participar en el Tour.

Tendrá enfrente el de Murgia rivales de considerable entidad para repetir el triunfo que logró en la edición de 2017, donde también se llevó dos victorias parciales a su zurrón. Estará en la línea de salida el último vencedor del Giro, Egan Bernal (Ineos), así como Simon Yates (BikeExchange), Hugh Carthy (EF), Aleksandr Vlasov (Astana), o su compañero de equipo, Damiano Caruso, segundo en la ronda transalpina.

El recorrido confeccionado por los organizadores de esta 43ª edición de la Vuelta a Burgos combina jornadas para los sprinters con otras destinadas a escaladores y alguna más para ciclistas de potencia. Así será la primera etapa, prácticamente llana durante sus primeros 140 kilómetros, pero que se empinará en los veinte últimos con dos pasos por el Mirador del Castillo –el segundo será la meta–, una ascensión de un kilómetro al 5,2% de pendiente.

La segunda etapa supondrá la primera oportunidad para que los sprinters puedan lucirse, siempre y cuando los equipos importantes asuman el control de la carrera frente a las fugas que, a buen seguro, se van a producir. Será la jornada más larga, con 175 kilómetros entre Tardajos y Briviesca, localidad esta última que también fue final en 2009, ganando en aquella ocasión Koldo Fernández.

Picón Blanco y Neila

Apenas dos kilómetros menos tendrá la tercera jornada, que comenzará a definir el orden de la clasificación general, debido al importante escollo al que deberán hacer frente los participantes en su parte final. El Picón Blanco, con ocho kilómetros al 9,2% –tiene rampas del 17%–, pondrá a cada uno en su sitio, si bien en esta ocasión no será la meta, pues habrá que descenderlo y el final estará en Espinosa de los Monteros. Antes de Picón Blanco, deberán ascender tres puertos de tercera.

Tras la paliza montañera del jueves, el pelotón retornará al llano, con otra etapa destinada a los más veloces o la pericia de algún que otro fugado. Serán 149 kilómetros entre las localidad de Roa y Aranda de Duero, lugar en el que venció en la edición de 2008 el corredor bielorruso Yauheni Hutarovich.

Para el último día queda reservado el petardazo final, que habitualmente suele decidir el vencedor de la Vuelta a Burgos. Después de superar tres altos de tercera categoría, a los ciclistas les aguarda la subida a las Lagunas de Neila, una docena de kilómetros al 6,2% de media, con tramos que llegan hasta el 17% de pendiente.