Carlos GIL
Analista cultural

Aforo completo

Se anuncia el fin de las restricciones más colectivas y en breve los teatros, cines, auditorios y salas de concierto podrán ser usadas con el aforo completo. Los que llevamos más de un año acudiendo casi cada día a teatros y salas, nos hemos acostumbrado a ver esos huecos entre las cabezas de las filas delanteras. A tener siempre una butaca vacía a nuestros lados, de escuchar a los responsables de los teatros y los que actúan utilizar esa vibrante palabra: lleno, como una de las muestras de optimismo más reiteradas. Lleno, “sold out”, todo vendido, agotadas las localidades, son esos carteles que nos llenan de ilusiones. Por eso, en cuanto sea posible poner a la venta el cien por cien de las butacas, empezaremos a poder hacer las cuentas con los elementos suficientes para analizar el momento en el que estamos. Se podrá ver si el deterioro ha sido coyuntural o se ha perdido un porcentaje de ciudadanía que se ha desviado del camino cotidiano, semanal o mensual de acudir a la cita con la cultura en vivo y en directo. Vamos a necesitar tiempo. Meses. Quizás años para equilibrar de nuevo la vida cultural en abierto. Lo lógico sería que las administraciones, justo ahora, incrementaran sus dotaciones presupuestarias para sostener las programaciones, mejorarlas, difundirlas de manera más eficaz y buscar alicientes de todo tipo para que se vuelva a colgar el cartel deseado, pero con el aforo al completo.