Aritz INTXUSTA
IRUÑEA
CRISIS DEL CORONAVIRUS

La confianza en la vacuna en Hegoalde se debe a Salk y a la muerte de Franco

Hego Euskal Herria ha alcanzado altas tasas de inmunización contra el covid, porque las vacunas en general partían de una mayor aceptación que en otros países. Diversos estudios apuntan a que el retraso en la llegada de las vacunas, y la de la polio en particular, hace que sus beneficios se perciban más cercanos.

Hego Euskal Herria superará el 90% de población diana vacunada en un par de semanas. Alcanzar esa cota es un éxito si se compara con la vacunación de lugares como el Estado francés o Alemania, donde la resistencia está siendo mucho mayor.

La sucesión de encuestas de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (la Fecyt) apuntaba que el rechazo a las vacunas es volátil. Cuando las vacunas contra el covid comenzaron a inyectarse en enero, la confianza en ellas se colocaba en el 57% en el conjunto del Estado. Pero al repetir en junio las mismas preguntas la confianza había subido hasta el 83%.

Lo que no cambió en ambas encuestas es el número de personas que se oponen a las vacunas por verlas dañinas, o porque creen en conspiraciones como la de los microchips. Ese colectivo, en ambos sondeos, se colocó en el 4%.

Una de las conclusiones de la Fecyt es que el éxito de la vacunación en Estado español frente a otros países europeos se explica porque la percepción de las vacunas era más positiva debido, entre otros motivos, a aspectos históricos. La idea es sencilla, la vacunación llega más tarde a Hego Euskal Herria que a otros países desarrollados y, además, la generalización de las vacunas coincide con el periodo relativamente aperturista y modernizador que acompañó a la muerte del dictador.

El calendario de vacunación infantil se introduce en 1975, lo cual fue entendido por la sociedad como un elemento más de progreso. Y lo era, pues en el Reino Unido o EEUU ya tenían un calendario de vacunación infantil en la década de los 40.

En un artículo en “The Conversation”, Mercedes Jiménez, Matilde Canelles y Nuria Eugenia Campillo, añaden como favorecedor de la aceptación una tardía erradicación de la polio. La vacunación de la polio arrancó en el Estado en 1963, prácticamente una década después que en países desarrollados, lo cual visibilizó notablemente los beneficios de las vacunas al tener los afectados por la polio secuelas tan notorias.

Estos antecedentes explicarían también por qué Portugal es el otro estado europeo de cierto tamaño que despunta por sus elevadas tasas de inoculación. También en ese país una dictadura retrasó la universalización de las vacunas, y estas se vieron como un elemento de progreso y modernización. Frente a ello, en los lugares donde las bondades de la vacunación no son tan recientes, como Alemania y el Estado francés, el rechazo a las vacunas se dispara hasta el 30%.

Altruismo contra desconfianza

La historia de la vacuna de la polio desarrollada por Jonas Salk contiene, también, dos elementos clave para entender lo que sucede hoy día. El primero de ellos es el «incidente Cutter», de 1955. La compañía Cutter elaboró de forma indebida el preparado de Salk. A consecuencia de ello miles de niños no fueron inoculados con virus inactivados, sino con virus activos, produciendo un contagio masivo.

El «incidente Cutter», que se solventó mejorando protocolos de fabricación y del que han pasado 65 años, explica por qué la ciencia y la industria farmacéutica desarrollaron alternativas a los virus inactivados de la enfermedad a prevenir. Actualmente se inoculan solo partes del virus diana –la proteína S, para el SAARS– tanto a través de ARN mensajero (Pfizer y Moderna), como usando como vehículo un virus inocuo (Janssen y AstraZeneca) o inyectando fragmentos de la proteína en la sangre (vacuna Abdalá cubana).

Según la encuesta de la Fecyt sobre la aceptación de la vacuna, el empleo de tecnologías novedosas explica parte del rechazo. Muchos de los refractarios a la vacunación consideran que son tecnologías menos seguras, y una parte significativa de ellos identifica marcas que sí se pondría y otras que no.

La encuesta apunta, además, que parte del rechazo se apoya en teorías conspirativas y en pura desconfianza hacia la industria farmacéutica. Y aquí existe una diferencia trascendental con lo que sucedió con la polio.

El doctor Salk renunció a la patente de su invención, permitiendo así que se fabricara de forma más rápida, más barata y que la lucha contra la polio se entendiera como algo altruista.

Frente a la decisión de Salk, probablemente ninguna compañía ha hecho tanto dinero como el que prevé ganar Pfizer con su vacuna en 2021 (20.000 millones de dólares).

Una estimación de la revista Forbes del año 2012 aseguraba que el doctor Salk (solo él, no una empresa) había «dejado de ganar» 7.000 millones de dólares por renunciar a su patente.

Pero Salk logró su objetivo. La polio parece estar a punto de desaparecer. De lograrse, sería la segunda enfermedad humana en erradicarse del planeta, hito solo alcanzado con la viruela.

 

La positividad apunta a un control cada vez mayor de la transmisión

Los Gobiernos de Lakua e Iruñea notificaron ayer 245 nuevos casos de covid, son 87 más que el día anterior, pero el dato no altera la senda de mejora iniciada hace mes y medio. De hecho, los 158 positivos reportados el lunes supusieron la tercera cifra más baja desde julio de 2020, y en cierta medida se debían al menor número de test que se realizan los fines de semana. Por tanto, ese aumento de ayer apenas tiene importancia estadística, aunque sí que se aprecia una ralentización cada vez mayor en el descenso de contagios, que es casi un estancamiento en el caso de Gipuzkoa.

Con todo, los datos más significativos de los informes epidemiológicos son los que hacen referencia a la tasa de positividad, pues tanto en la CAV como en Nafarroa se sitúa por debajo del 5%, a partir del cual la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que la transmisión del virus puede estar controlada. En el caso de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, el 3,5% del último boletín es apenas unas décimas mayor que el porcentaje del lunes, un 3,2%, y suma ya varias jornadas por debajo del límite. Más llamativo resulta, sin embargo, el 1,7% de Nafarroa –27 casos de 1.558 pruebas diagnósticas–, donde la víspera se había alcanzado el 5% de positividad.

Es un salto importante y en la buena dirección, que de mantenerse estos días apuntaría a un escenario más optimista de cara a la contención de la pandemia.

Otro dato positivo hacer referencia a la presión asistencial, pues el número de pacientes en las UCI cae de 77 a 71. También hay cuatro pacientes menos en planta.I.B.