V.E.
I WANT TO TALK ABOUT DURAS

La vida con (y sin) Marguerite

Claire Simon vuelve a comportarse como una de las documentalistas más estimulantes del panorama internacional. Su nueva película es una dramatización (o sea, una ficción, o algo parecido) que, esto sí, está basada en un evento real. En una entrevista, para ser más exactos, en la que Yann Andréa se abrió metafóricamente en canal para diseccionar su relación con Marguerite Duras.

El film arranca a partir de unos títulos de crédito que recuerdan a los de una pieza teatral, y en efecto, lo que está haciendo Claire Simon aquí es una de sus actividades favoritas: hibridar. Mezclar y solapar géneros, tonos, formatos y, por qué no, realidades. Lo que tenemos aquí es una no-ficción ficcionalizada; un conjunto a partir de imágenes inventadas y de archivo, en la que cine, teatro, literatura, pintura y periodismo forman parte de la misma terapia (de shock): dos encuentros marcados por la omnipresencia de un personaje irónicamente ausente.

Ahí estamos, encerrados en una habitación habitada por seres encerrados en sí mismos: una periodista y la sombra de Duras. Uno habla y la otra escucha, pero también conduce. La entrevista convertida en psico-análisis. Con ello, Claire Simon nos habla del nacimiento y de la muerte de un amor alimentado por la obsesión y la sumisión.

Por mucho que duela, es inevitable pensar que la propuesta rinde mejor en el plano teórico, y no tanto en la pantalla donde está siendo proyectada; mucho menos en esos silencios afectados, o en esas transiciones que más que permitir que las emociones vayan sedimentando, recuerdan las aberrantes cantidades de tiempo que pueden llegar a perderse en solo hora y media de metraje. La eternidad postrada en el diván: con tantas ideas en mente; con tantas realidades y relatos superpuestos, a Claire Simon no tarda nada en saturársele una mezcla que, de tan densa, se hace indigesta.