Itziar Ziga
Escritora y feminista
JOPUNTUA

Bailad, malditas

Siempre fui adoratriz de Madonna, gracias a ella supe con quince años cuantísimo pueden llegar a excitarme mis congéneras. Fue Madonna quien nos descubrió los bailes drag en su hipnótico vídeo “Vogue” de 1990, porque ella sí estuvo allí, en aquel epicentro queer callejero neoyorkino. De hecho un novio trans y negro parido en Queens que tuve muchos años después, me contó que se la había cruzado en la mítica Danceteria, a la ambición rubia. Y que le llegaba por el hombro: nunca he estado tan cerca de la protagonista de mis primeras fantasías lésbicas. También me decía que Cindy Lauper popularizó antes el voguing que Madonna, y eso es muy ball: pelea coreográfica de gatas para venirnos todas arriba, escenificar la competencia desde la cohesión comunitaria, bailar juntas, altiva y prodigiosamente, contra la marginación, la opresión y la asfixia social, contra el racismo, el capitalismo y el patriarcado.

Anuar Daimon me ha ido deleitando en los últimos años con su incursión progresiva en las competiciones actuales de voguing del extrarradio parisino, hasta reencarnarse en vida en Nefertiti Ninja. Porque si hay algo eterno, es el akelarre. Así que cuando, hace dos años, me propuso ser jurado para una kiki ball que estaba organizando, ¡aquí, en Iruñea!, salté de alegría. Durante días, para convocar a la gente, desplegaba un montón de explicaciones históricas y descripciones marcianas sobre qué iba a ser la Kiki of Extraterrestial del viernes de San Fermín Txikito al lado de la Catedral, y ni se hacían a la idea. Pero la entusiasta muchedumbre que estuvo allí se sumó sin necesidad de comprender nada, viviéndolo, apuntándose. ¡Fuimos piña colada! Eufórica, mamarracha, celebradora, desvergonzada, desgenerada y radicalmente dichosa. Así es un ball: la comunidad viniéndose arriba.

El jueves pasado, volví a encontrarme a Anuar con sus hijas: cualquiera que haya visto la serie “Pose” sabe de lo que hablo. Y Eva del Nicolette me dijo: Itzi, no bailes sobre las mesas, que son de cartón. Sobre el sofá, sí. ¡Necesitaba tanto escuchar algo así! Tras año y medio durísimo, hemos vuelto a la vida. Y a la pista de baile que es el mundo cuando estás con tus amigas...