ANGEL ABALDE CALPARSORO
Miembro de la Promotora, en Gipuzkoa, de la ILP a favor de la Renta Básica
GUTUNAK

Francisco

Como en su día ya se dio a conocer en su periódico, estamos en plena recogida de firmas de una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) ante el Parlamento Vasco, a favor de la instauración de una Renta Básica Universal e Incondicional en nuestro país.

Y, en mitad de la campaña, se ha producido un hecho significativo. El papa Francisco ha demandado una renta básica, como objetivo de justicia redistributiva, en oposición a la pobreza o a la consideración de que el trabajo asalariado sea la única manera de obtener los recursos necesarios para disfrutar digna, a la que todas las personas tienen derecho, como derecho fundamental recogido en la Declaración de Derechos Humanos.

Demanda papal que nos ha satisfecho, tanto por su contenido, como por la curiosa casualidad del momento en que se ha producido. Gracias Francisco.

La verdad es que no está siendo fácil recabar las firmas necesarias. Lamentablemente llevamos siglos bajo la égida de un mercado laboral capitalista que se ha mostrado incapaz de resolver la precariedad y la pobreza de millones de personas.

Así como con una ideología dominante según la cual el derecho a una vida digna está ligado, indisolublemente, al sometimiento a un sistema económico en el que el empleo, por mucho que este sea precario, mal pagado, e insuficiente, y sostenga la explotación que hace posible el enriquecimiento de unos pocos, es el que otorga el estatus social, y los derechos inherentes al mismo.

Ahora esperamos que, si no las jerarquías, que suelen situarse lejos de la realidad social, al menos la iglesia de base, y Cáritas, cuya labor de asistencia y solidaridad es encomiable e insustituible en la realidad actual, así como las miles de personas que tienen al papa como referencia espiritual e ideológica, asuman como propia la demanda de Francisco, y de manera solidaria se manifiesten en favor de la Iniciativa Legislativa, y firmen la misma y colaboren en su difusión y en la recogida de firmas necesarias, en sus parroquias.

Amén.