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La OTAN y Rusia alzan el tono de sus amenazas mutuas

«Cualquier agresión futura contra Ucrania tendrá un alto precio y consecuencias serias económicas y políticas», advirtió ayer el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en la reunión de los ministros de Exteriores de la Alianza, en la que activaron un plan para garantizar la «respuesta adecuada» ante cualquier evolución en la crisis sobre Ucrania. Stoltenberg se refirió principalmente a una respuesta diplomática y económica, aunque recordó el precedente de Crimea, cuando la OTAN aumentó su presencia en la región, desplegó grupos de combate y patrullaje aéreo y naval. También subrayó el gran peso económico de los socios de la OTAN y su capacidad de mantener las sanciones a lo largo del tiempo. La OTAN acusa a Rusia de llevar a cabo un gran despliegue militar en la frontera con Ucrania.

El presidente ruso, Vladimir Putin, replicó señalando que cualquier potencial amenaza recibirá respuesta. «Si en el territorio de Ucrania aparecen armas de ataque que lleguen a Moscú en 7 o 10 minutos, cinco minutos en el caso de las armas hipersónicas (...) tendremos que crear algo similar», afirmó Putin, a la vez que aplaudió el éxito de los ensayos de una versión naval de un misil hipersónico que estará operativo en 2022.

Por su parte, el presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, ofreció a Rusia su territorio para desplegar armas nucleares si la OTAN hace lo propio en Polonia.