Iker BIZKARGUENAGA
BILBO

La cifra de decesos pone un trágico contrapunto a la caída de contagios

Siete nuevos fallecimientos en Nafarroa pusieron ayer de manifiesto que, aunque los contagios parecen empezar a remitir, las consecuencias más graves de esta ola están lejos de haber alcanzado su punto más alto. La lehendakari María Chivite emplazó a comprobar la evolución en los próximos quince días antes de decidir sobre las medidas.

Aunque lo que está ocurriendo en países como Dinamarca, donde se vive un nuevo repunte cuando parecía que la situación mejoraba, obliga a extremar la cautela, en Euskal Herria los datos de incidencia apuntalan día a día la idea de que el pico de esta última ola de covid ha sido superado en lo que a contagios se refiere. A falta de datos oficiales de la CAV, el Gobierno de Iruñea notificó ayer 1.887 nuevos casos de coronavirus, 112 menos que la jornada anterior, con una positividad que se mantiene en cifras parecidas –y muy altas–, y la tendencia parece asentada.

Sin embargo, el decalaje entre contagios y hospitalizaciones, y sobre todo respecto a los fallecimientos, pone de relieve que en lo que se refiere a sus consecuencias más trágicas es posible que no hayamos pasado lo peor de esta oleada. Así, el Ejecutivo navarro informó también de siete decesos causados por el covid, la segunda cifra diaria más alta en esta ola, que sigue la línea de los datos de los últimos informes epidemiológicos, tanto en la CAV como en Nafarroa, donde el número de víctimas mortales se mantiene al alza.

Chivite: ver la evolución

Este trágico contrapunto a la mejora, todavía bastante leve, en la situación epidemiológica se aprecia también en los hospitales, donde los ingresos no están aumentando como en semanas pasadas pero la presión asistencial sigue siendo elevada. Así lo reconoció ayer mismo la lehendakari María Chivite, quien declaró que si bien «seguimos bajando en número de casos e incidencia» y «llevamos esta semana alrededor del 30% menos de casos que la pasada», también «es verdad que en nuestros hospitales, sobre todo lo que tiene que ver con la UCI, hay cierta presión todavía».

En declaraciones a los periodistas antes de participar en la apertura del congreso de las JSN, la mandataria emplazó a observar las consecuencias a 15 días que este descenso en el número de contagios deberán tener en el de ingresos y menor gravedad de los pacientes. «Vamos a ver cómo va la evolución», invitó para recordar que las medidas restrictivas adoptadas para las Navidades en cuanto a ocio nocturno y aforos en hostelería están prorrogadas hasta el día 31 de enero, y serán de nuevo evaluadas la próxima semana para su posible prórroga o anulación.

Chivite tuvo palabras de reconocimiento para el personal sanitario, que esta semana ha planteado quejas a diferentes niveles por la presión a la que los profesionales están sometidos. «Llevan prácticamente dos años sin descanso», admitió, y sostuvo que «necesitamos que vaya pasando la pandemia para que las cosas puedan recuperar su normalidad y poner en marcha también todos esos proyectos que tenemos, sobre todo para mejorar la prestación de los servicios de atención primaria».

Cita a mediodía en defensa de una atención primaria muy golpeada

A convocatoria de todos los sindicatos representados en Osakidetza, y con el apoyo de diversos organismos y partidos, sendas manifestaciones van a denunciar a mediodía en Bilbo, Donostia y Gasteiz la situación que se vive en la atención primaria, muy golpeada por la pandemia, y que esta ola ha dejado al borde, o más allá, del colapso.

Las marchas suceden a las movilizaciones de las últimas semanas y exigirán soluciones inmediatas a una situación «insostenible». GARA