Raúl BOGAJO

LA VERDAD DE LA IMAGINACIÓN Y OTRAS ENSEñANZAS DE LO OSCURO

David L. Carlson y Landis Blair firman uno de las novelas gráficas más lucidas del momento. «El accidente de caza. Una historia real de poesía y delincuencia» es una alegoría del infierno, de la verdad, de la imaginación y del poder redentor de los libros, la poesía, la amistad y las sombras.

Lobra resultó ganadora en la pasada y atípica edición del Festival de Angouleme. Planeta Cómic acaba de editar en castellano esta historia que narra el secreto de Matt Rizzo, gánster y poeta ciego.

El filósofo mexicano Luis Villoro en “La significación del silencio” advertía que la poesía es una grieta en el muro del lenguaje siempre fallido en su aprehensión de la realidad. Más que aportar luz, dice Villoro, el lenguaje referencial vela tras una sistema de signos, escritos o hablados, una verdad esencial a la que solo puede acercarnos su ausencia, el silencio. El lenguaje poético, a través de la sugestión, la metáfora y la deslizamiento de significados, ejerce una fuerza capaz trasladar nuestra conciencia a un abismo de silencio, nulo de signos, similar al que se abre ante situaciones traumáticas, como la muerte o el sufrimiento, donde las palabras siempre son impertinentes.

La verdad de la imaginación a la que apelaba el poeta irlandés W. B. Yeats o la poesía como vehículo de comunicación y expresión de una verdad transcendental revelada al pensamiento de Ralph Waldo Emerson son ideas que atraviesan “El accidente de Caza. Una historia real de poesía y delincuencia”. También Homero y su sentido del honor, o Platón y su Caverna y la tensión entre el mundo de las ideas y la prisión sensorial de sombras chinescas se proyectan en las viñetas de este cómic. Pero es Dante y su descenso a los infiernos la verdadera urdimbre de esta novela construida entre las líneas de David L. Carlson y el arte gráfico de Landis Blair. “El accidente de caza” es una novela sobre la verdad y la confianza, la ceguera física y metafórica, y el vértigo de sumergirse en los infiernos, el propio y el ajeno, el descenso a las entrañas del dolor y su posible sanación por medio de la palabra escrita y la amistad. También es una novela de delincuencia, de prisiones; prisiones de cuerpos y prisiones de almas construidas, estas, con barrotes mucho más sólidos. “El accidente de caza” narra la historia de Matt Rizzo, poeta invidente que esconde un pasado carcelario en el que compartió celda y lecturas con uno de los asesinos más famosos de los Estados Unidos, Nathan Leopold, mitad del duo Leopold y Loeb, los hombres del saco del Chicago de los años 30. El guion de Carlson está construido sobre un juego de dialéctico de tensiones opuestas. Oscila entre el documento y la ficción, entre la verdad y la mentira, entre la ceguera física y la metafísica, entre los cuerpos prisioneros y, a la vez, prisiones de almas. El centro correccional de Stateville, en el que Rizzo cumple condena, es a la vez una metáfora en sí mismo. Está construido según un modelo arquitectónico panóptico, circular, como el infierno de Dante y sus nueve círculos; supone, además, un diseño de vigilancia omnipresente donde la imaginación es la única huída. Cuando la luz se apaga, la lectura en braille es un acto de libertad alejado de la mirada centinela.

El descenso a los infiernos del protagonista, Matt Rizzo, es un viaje de búsqueda, de autoconocimiento, en un guion construido en círculos narrativos que son otros tantos peldaños de descenso hacia lo insondable del alma. El dibujante Landis Blair se ha basado en las alegorías de Bartolomea di Fruoisiono del siglo XIV y su interpretación de “La Divina Comedia”, creando páginas dobles de auténtica pesadilla. La apuesta por el onirismo es patente en el trazo retorcido, quebrado y el abigarramiento de la línea para crear volúmenes, densos, oscuros, ciegos. El trabajo de Blair con la rotulación es magistral, los textos se funden en imágenes y son una parte fundamental de su expresividad, crean juegos sinuosos de curvas capaces de representar la cualidad ondulatoria del sonido y su percepción auditiva. Son un juego de sensaciones, imágenes que sugieren y que tratan de acercarse a la percepción del mundo tal y como lo haría una persona invidente.

Carlson y Blair son dos firmas prácticamente desconocidas en el mundo del cómic. El dibujante Landis Blair tiene una página web de visita muy recomendable; de David L. Carlson apenas hay más referencias que la destreza narrativa que muestra en este cómic. Lo que sí sabemos es que el proyecto parte como un guion cinematográfico para llevar a la pantalla la historia de Matt Rizzo contada por su hijo Charlie Rizzo, un proyecto personal del guionista, amigo íntimo de Rizzo hijo. Cuando Carlson contacta con Blair para crear el storyboard del guión y este le entrega los primeros bocetos, el guionista estadounidense se da cuenta de que los dibujos ya son una obra con entidad propia, el formato de novela gráfica admite un ritmo de producción más libre que el cinematográfico y el contenido poético que la trama reclama.

“El accidente de Caza” se publica originalmente en 2017 en Estados Unidos y pasa desapercibido hasta que la editorial Sonatine publica una versión para el mercado francófono con la que consigue el premio al mejor álbum de 2020 en el festival de Angouleme, garantía siempre de calidad pero mucho más, como en este caso, de difusión. El poeta Waldo Emerson diría que todo pensamiento revelado está condenado a su difusión para ser comunicado. Casualidades y serendipias culturales que nos desvelan unas obras y nos ocultan otras. Con “El accidente de caza” estamos de suerte, estamos en reverso de lo oscuro.