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Finlandia, ya sin gas ruso, intenta vencer el veto turco en la OTAN

El presidente de Finlandia intentó vencer la resistencia al ingreso de su país en la OTAN de su homólogo turco, que se mostró más duro aún con Suecia. Mientras Rusia hizo efectivo el corte del gas a Helsinki, compañías europeas ignoran las sanciones impuestas por Bruselas.

El presidente de Finlandia, Sauli Niinisto, intentó convencer a su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, para que acepte la incorporación de su país a la OTAN asegurándole que como aliados en el seno de la Alianza militar, ambos países se «comprometerán con la seguridad mutua».

El mandatario turco comenzó así la ronda de contactos internacionales para plantear sus exigencias para retirar el veto turco a la incorporación de Suecia y Finlandia a la Alianza Atlántica, a los que reprocha que acojan refugiados kurdos a los que considera «terroristas»

Niinisto, en este sentido, reiteró que su país «condena el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones», sin dar más detalles de la conversación con Erdogan, que calificó como «abierta y directa».

Erdogan expresó un tono aún más duro con Suecia, a la que ve más reticente a aceptar sus condiciones. Así, apeló a Estocolmo a «poner fin a su apoyo político y financiero a las entregas de armas a organizaciones terroristas», en una conversación telefónica con la primera ministra sueca, Magdalena Anderson.

Tras la llanada, Erdogan dijo esperar de Suecia «medidas concretas y serias» que muestren que «comparte las inquietudes de Turquía» hacia las organizaciones kurdas.

También exige que Estocolmo levante las restricciones a las exportaciones de armamento a Turquía que mantiene desde octubre, por las operaciones por parte de fuerzas turcas en Rojava, en el norte de Siria, y en territorio kurdo en Irak.

El presidente de EEUU, Joe Biden, se mostró seguro ante los líderes nórdicos de que convencerán a Turquía, opinión que reiteró ayer el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg.

Finlandia, por otro lado, comenzó ayer a ver cortado el suministro de gas ruso, como había anunciado el proveedor Gazprom, por negarse a pagarlo en rublos, medida que ya aplicó a Bulgaria y Polonia. Moscú también cortó a mediados de mayo el suministro de electricidad al país vecino. La compañía pública finlandesa Gasum aseguró que podrá obtener el gas de otros suministradores.

Según el Gobierno ruso, cerca de la mitad de los 54 importadores extranjeros del gas ruso ya han abierto cuentas en Gazprombank para efectuar el pago por el esquema propuesto por el Kremlin, que prevé la conversión de divisas a rublos y que permite a Rusia garantizar sus ingresos frente a las sanciones europeas.

Entre las empresas que ya han abierto cuentas en Gazprombank figuran la italiana Eni, el consorcio alemán Uniper y la francesa Engie. La Comisión Europea considera que violan las sanciones y advirtió a Italia de que debe vigilar a Eni, ya que cada Estado miembro es responsable de ello y, en consecuencia, el que recibiría los eventuales expedientes de Bruselas.