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Turquía negocia su veto con extradiciones de kurdos y añade una ofensiva en Siria

Turquía presentó a las delegaciones sueca y finlandesa sus exigencias para levantar el veto a su entrada en la OTAN. Además de las extradiciones de activistas kurdos y de que le acepten en el mercado de armas, presiona con el anuncio de otra invasión en el norte de Siria.

Las delegaciones de Suecia y Finlandia comenzaron ayer su visita a Ankara para tratar de convencer a Turquía de retirar su veto al ingreso de los dos países nórdicos en la OTAN.

El portavoz de la Presidencia turca, Ibrahim Kalin, y el viceministro de Exteriores, Sedat Önal, presentaron las exigencias de Ankara a la delegación sueca, encabezada por el secretario de Estado, Oscar Stenström, y a la finlandesa, dirigida por su homólogo Jukka Salovaara.

Desde que Estocolmo y Helsinki anunciaran su aspiración a entrar en la Alianza Atlántica, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha expresado su oposición alegando que ambas naciones escandinavas «apoyan el terrorismo» y presiona con su veto, sobre todo a Suecia.

En concreto, exige la extradición de 42 personas, sobre todo activistas kurdos, aunque también de turcos ligados al clérigo Fethullah Gulen.

Además, quiere que Europa incluya en su lista de «organizaciones terroristas» a las milicias kurdosirias Unidades de Protección Popular (YPG), que se enfrentaron al Estado Islámico (ISIS) y que Ankara considera una mera rama del PKK.

También demanda que no restrinjan la exportación de armamento a Turquía como hacen desde 2019 en reacción a las ofensivas turcas en el norte de Siria, petición para la que ayer constató buena disposición de suecos y finlandeses.

El Gobierno turco llegó a concretar la ayuda sueca a las organizaciones kurdas en 376 millones de dólares, a lo que la primera ministra sueca, Magdalena Andersson, replicó que Estocolmo no entrega «dinero ni armas a organizaciones terroristas» y que quiere acabar con las «ambigüedades» en las que se basan las acusaciones turcas.

Ankara hizo coincidir la presentación de sus exigencias con el anuncio del «hallazgo» de armamento de fabricación sueca en un escondite atribuido al PKK en el norte de Irak, durante la ofensiva lanzada por Turquía desde abril en territorio iraquí.

Pero Turquía quiere obtener aún mayor rédito a su veto y forzar otra invasión del territorio kurdo en el norte de Siria (Rojava). Erdogan anunció el lunes que lanzará otra operación para establecer una «zona de seguridad» de 30 kilómetros de ancho a lo largo de su frontera sur, donde ya en 2019 ocupó territorio, principalmente en manos de los kurdosirios.

Añade así otra pieza a la negociación con Suecia y Finlandia.

Con las anteriores operaciones de este tipo, que contaron con el visto bueno de Rusia y de EEUU, también presentes en la zona, Turquía controla ya en Siria tres territorios a lo largo de su frontera y cuenta con entre 8.000 y 10.000 soldados, además de las milicias yihadistas a las que apoya.

En parte de este territorio está llevando a cabo una operación demográfica para sustituir a la población kurda expulsada. Con ese fin, pretende trasladar a un millón de refugiados para consolidar su control.

La anunciada ofensiva apunta ahora a Kobane, la ciudad kurda donde en 2015 las YPG frenaron la expansión del ISIS.

Siria denunció ante la ONU que su soberanía no es «una carta de chantaje» en las negociaciones entre Turquía y la OTAN, y equiparó la operación a un crimen de guerra. A su vez, las Fuerzas de Siria Democrática, alianza liderada por kurdos, reclamó a EEUU medidas disuasorias contra la agresión turca. Washington advirtió a Ankara de que no ponga a sus soldados en peligro.

A las puertas de Severodonetsk

Los combates en el este de Ucrania se libran ya en las afueras de Severodonetsk –ciudad de casi 100.000 habitantes antes de la guerra–, donde las autoridades ucranianas señalaron que la situación es «muy difícil» y que la urbe está al alcance de los morteros rusos. El gobernador de la región, Serguii Gaidai, aseguró que «simplemente está siendo destruida» por los constantes bombardeos desde hace semanas. Las fuerzas prorrusas señalaron que Severodonetsk está rodeada por tres partes. Su avance en la región de Lugansk, en general, se ha acelerado y ya cuentan con el 95% del oblast. También la más pequeña ciudad de Lyman estaba cerca de ser tomada por los rusos. A juicio de Gaiidai, «la semana próxima será decisiva» y espera que las fuerzas ucranianas resistan al menos hasta el domingo. Kiev espera la llegada de armas de largo alcance para poder frenar la ofensiva rusa.

En el sur, Moscú está consolidando el control sobre los territorios conquistados. En Mariupol, anunció que completó el desminado y la desmilitarización del puerto que empezó a «operar de manera regular».GARA