Maite UBIRIA BEAUMONT
BAIONA

Bruselas no financia por ahora un nuevo TAV orientado a la muga

El alcalde de Burdeos ha desvelado que la UE no contempla financiar por ahora el GPSO, proyecto de alta velocidad por cuya prolongación hasta la muga suspiraba en la inauguración del espacio multimodal de Hendaia el presidente regional, Alain Rousset. El líder regional no ve en peligro el «compromiso» de Bruselas con el proyecto.

Iñigo Urkullu escucha las explicaciones de Rousset, el lunes, en Hendaia.
Iñigo Urkullu escucha las explicaciones de Rousset, el lunes, en Hendaia. (Guillaume FAUVEAU)

El Gabinete del alcalde ecologista de Burdeos, Pierre Hurmic, dio a conocer a última hora del jueves una noticia que, como era de esperar, no cayó bien en el despacho del presidente regional, Alain Rousset, que ayer tarde desmentía que flaquee el apoyo de Bruselas al Gran Proyecto Ferroviario del Sudoeste (GPSO).

Es conocida la diferencia de puntos de vista en materia de infraestructuras entre el primer edil bordelés, con lazos de infancia en Donapaleu, y el presidente socialista del Consejo Regional de Nueva Aquitania. El primero hizo público que Bruselas no ha retenido en su plan de financiación de 2021 esa extensión del trazado de alta velocidad hacia Toulouse y Burdeos, a lo que el segundo respondía que «hay que ir paso a paso», y tras explicar que con ese fondo se apoyen proyectos ya en estado de ejecución, reiteraba su confianza en el «compromiso» de la UE con un proyecto que mira hacia la muga, como quedó de manifiesto en el discurso que Rousset pronunció, el 27 de junio, en Hendaia, durante el acto de inauguración del enlace multimodal que facilitará los desplazamientos cotidianos entre Lapurdi y Gipuzkoa.

El primer edil explicitaba en su nota que la UE no ha retenido el proyecto GPSO en el cuadro de su programa de proyectos 2021, referido a los Mecanismos de Interconexión en Europa (MIE). Hurmic, que ya anteriormente había advertido de la fragilidad del plan de financiación de la nueva línea que enlazaría inicialmente Burdeos con Toulouse y Dax reforzaba ese anuncio con la petición expresa de que «se ponga en marcha una alternativa a la LGV, consistente en la modernización de las líneas actualmente existentes», a fin de cumplir con los objetivos que fija el plan ferroviario europeo en el horizonte de 2027.

Karima Delli fue la encargada

de dar a conocer, mediante unas declaraciones al margen del cónclave anual Connecting Europe Days, celebrado el 29 de junio en Lyon, que no habrá de momento financiación para el GPSO, pero fue más allá al poner en cuestión la naturaleza misma de la infraestructura.

De acuerdo a la información trasladada desde el Gobierno municipal de Burdeos, la presidenta de la Comisión de Transportes del Parlamento Europeo hizo la siguiente afirmación: «No hemos seleccionado el proyecto de nueva línea de alta velocidad GPSO porque nos parece que existen alternativas, fundadas en la mejora de las líneas ya existentes, que permitirían disminuir de manera importante la huella medioambiental del proyecto, además de ser más útiles desde el punto de vista de la movilidad cotidiana de la población».

A la vista de esas palabras, Hurmic interpelaba al Estado, no sin recordar que en el proceso de votación de la financiación del GPSO a cargo de las distintas colectividades territoriales -la Mancomunidad Vasca se desvinculó del proyecto sin ni siquiera votar la petición de aportación financiera, pero el Consejo General de Departamento de Pirineos Atlánticos le dio su aval bajo ciertas condiciones- se aseguró que la contribución financiera de Bruselas -2,8 millardos- cubriría el 20% del costo total atribuido al proyecto.

Polémica.

En un comunicado encabezado por la frase «cuando la maquinaria de la manipulación descarrilla», Rousset, que ya en el acto de Hendaia polemizó con su compañero de partido, el alcalde socialista de Hendaia, Kotte Ezenarro, al defender este «la postura mayoritaria de los electos de Iparralde de que no hace falta otra LGV sino más trenes de cercanías», arremetió contra la nota de la Alcaldía bordelesa. Confirmó, sin embargo, la mayor, al corroborar que no ha sido retenido el GPSO, pero atribuyó el hecho a que, por motivos de presupuesto, Bruselas se haya decantado por financiar solo proyectos en fase de realización. «Tomamos nota de la decisión», escribe un Alain Rousset que, tras insistir en que Bruselas no ha dado la espalda al GPSO, aconseja «ir etapa a etapa dada la envergadura de este proyecto».