Israel interceptó ayer tres drones que aseguró que pertenecían a la milicia chií libanesa Hizbula y se dirigían a un área marítima disputada con el Líbano donde el Estado judío alza una nueva plataforma para extraer gas natural.

«Un avión de combate de las Fuerzas Aéreas de Israel y un barco lanzamisiles de la Marina israelí interceptaron hoy tres aparatos aéreos no tripulados y hostiles del Líbano que se acercaron al espacio aéreo y a las aguas territoriales israelíes», informó el Ejército israelí, que no detalló si los drones iban armados o con explosivos. Según concretó, los drones «no supusieron una amenaza inminente» y fueron derribados sobre el mar Mediterráneo, antes de que pudiera llegar en el área de la planta de extracción de gas de Karish.

Israel está poniendo en marcha esta plataforma en una zona que ve como parte de sus aguas territoriales, y que el Líbano considera en disputa. Esto ha hecho que ambos estados -que están técnicamente en guerra- reanudaran las negociaciones indirectas para la delimitación de sus fronteras marítimas, con mediación de Estados Unidos.

«Israel está preparado para defender sus infraestructuras ante cualquier amenaza», declaró el ministro de Defensa, Beny Gantz, que acusó a Hizbulá de «estar impidiendo que el Líbano llegue a un acuerdo sobre sus fronteras marítimas» con el Estado judío. Ambos países comenzaron a negociar esta cuestión en octubre de 2020 a través de interlocutores de la ONU y Estados Unidos, aunque las conversaciones quedaron suspendidas hace más un año y se retomaron hace poco.