Los agentes del FBI que registraron el lunes la mansión del expresidente estadounidense Donald Trump en Mar-a-Lago (Florida) han recuperado documentos clasificados, incluidos algunos marcados como top secret y que no deben salir de las instalaciones especiales del Gobierno de EEUU, según informó ayer “The Wall Street Journal” (WSJ), que accedió al inventario del material incautado. Entre ese material, hay once carpetas de documentos clasificados.

El mencionado diario reveló que los agentes del FBI confiscaron en la residencia de Trump 20 cajas de artículos, carpetas con fotos y la concesión de clemencia del expresidente a su exasesor Roger Stone, que fue condenado en 2019 a tres años de cárcel acusado de mentir al Congreso de EEUU, manipular testigos y obstruir un proceso oficial.

Entre los documentos incautados en Mar-a-Lago, el FBI recuperó «varios documentos clasificados», cuatro carpetas de las cuales contienen información top secret, el mayor nivel de confidencialidad que se puede aplicar a una información en el sistema de Inteligencia de EEUU; otras tres que incluyen documentos secretos, y tres más con archivos confidenciales.

De acuerdo con “The Washington Post”, el FBI buscó documentos que contuviesen información sobre armas nucleares, aunque se desconoce si se hizo con alguno.

Interés público.

El fiscal general, Merrick Garland, informó el jueves de que él mismo había solicitado «personalmente» la orden de registro debido «al interés público sustancial», lo que fue «autorizada por un tribunal federal tras el hallazgo requerido de causa probable», y adelantó que el Departamento de Justicia había pedido poder revelar el contenido de la orden y los documentos incautados, algo sin precedentes, debido a la polémica suscitada. Trump accedió ayer a su difusión.

La operación del FBI estuvo motivada por las posibles violaciones de Trump de la Ley de Registros Presidenciales, que obliga a todos los inquilinos de la Casa Blanca a devolver los documentos presidenciales una vez abandonen su cargo.