Mikel INSAUSTI
DONOSTIA
«LAAL SINGH CHADDHA»

En Occidente falta la humildad que sobra en India

Las películas de Bollywood no llegan a nuestras pantallas porque el público de cine occidental siente una superioridad intelectual hacia lo que, en cambio, emociona a la gran masa cinéfila india. Para comprobarlo ningún experimento mejor que ver “Laal Singh Chaddha” (2022), película que en su país de origen adoran, y que aquí está pasando totalmente despercibida, una vez ninguneada por la crítica. Lo que no se entiende en este primer mundo es que lo que para la cultura estadounidense podía ser falso o cursi en el “Forrest Gump” (1994) original, en su versión hindi resulta sincero y del todo inocente. Y mira que se ha recortado el metraje para su exportación, ya que no pasa de las dos horas y cuarenta minutos de forma excepcional, y tampoco se ha abusado de las canciones, con el tema central “Kahani” como apertura e ilustración del contenido de tan emocionante película.

Detrás del elaboradísimo guion de Atul Kulkarni hay diez años de ardua escritura, sobre la base de la adaptación cinematográfica que Eric Roth hizo de la novela de Winston Groom. El resultado es maravilloso, y responde a un complejo proceso de transformación, porque el Aamir Khan que encarna a Laal no es el Tom Hanks que hacía de Forrest, ni se le parece. Todo cuanto le ocurre al protagonista cambia, puesto que se trata de revivir la historia de la India y de sus personalidades más influyentes. El relato no lo lleva a cabo este empoderado autista desde un banco, sino en el asiento del vagón de un tren que cubre el trayecto entre Pathankot y Chandigarh, mientras los bombones son sustituidos por un producto local como las ricas golgappas o panipuris.

En la medida en que la grandilocuencia de la aventura viajera es sustituida por la humildad del peregrinaje interior, las relaciones personales de Laal se hacen más estrechas, bien sea con su madre, con su novia, o con sus amigos, en especial con el exyihadista Mohammed.