Iñaki SOTO
Director de GARA

Nosotras también podríamos mostrarnos enfadadas, pero no dejar de hacer nuestro trabajo

Ayer, en sede parlamentaria, la presidenta de la Cámara, Bakartxo Tejeria, fue entrevistada por NAIZ Irratia. Entre otras cuestiones, se le preguntó por la noticia que había publicado GARA en torno a la respuesta que había recibido el parlamentario Julen Arzuaga por parte del Departamento de Josu Erkoreka. Resumiendo, el Departamento de Seguridad llenó de tachones las actas de la Junta de Seguridad que reúne a los gobiernos de Madrid y Lakua entregadas el 13 de septiembre al parlamentario de EH Bildu, por lo que Arzuaga ha denunciado que en ese estado no sirven para hacer su labor de control y ha pedido amparo. Ante la queja del parlamentario, la Mesa de la Cámara que preside Tejeria ha pedido explicaciones al Ejecutivo.

Así lo explicó la presidenta al final de la entrevista, pero no le pareció bien. A Tejeria le pareció mal todo y se mostró enfadada delante de los periodistas y comentaristas. Le pareció mal que los parlamentarios informen a la prensa de lo que sucede en el Parlamento y que no es oficial; le disgusta que la prensa -GARA y NAIZ- lo publique porque esa información no es para eso; y no entiende que «en un día de Pleno de Política General» se hable sobre estos temas. Según explicó, Tejeria cree que hay información sensible que no puede transcender a la sociedad, y es el Gobierno el que determina qué es sensible y qué no, porque debe ser el que sabe para qué cosas está preparada la sociedad y qué otras deben quedar ocultas.

Estos gobiernos, además de estos partidos, están muy mal acostumbrados. Creen que pueden decidir sobre lo que tenemos que hablar los medios, pero no creen que los medios podamos decidir sobre qué tienen que hablar los y las políticas. Su visión sobre la libertad de prensa y la relación de los medios de comunicación con las instituciones está degenerando. Dicen cosas que antes no pensaban o, al menos, no decían. Nunca antes había oído impertinencias como las que he escuchado estos últimos años. Es el periodo en el que han crecido los gabinetes y han menguado las redacciones. Experiodistas que han saltado la trinchera y desde sus puestos justifican no meter publicidad si no se informa de lo que ellos desean. Cargos públicos que no conceden entrevistas a medios porque no les gustan sus preguntas. Gobiernos que confunden lo que es un medio público con un medio gubernamental. Y representantes institucionales que se quejan de lo que se publica porque les gustaría que se hablase de lo que ellos quieren.

Con la capacidad que tienen para no decir nada cuando quieren, me sorprende que en este tema a los políticos se les escape la lengua y pierdan las formas. Espero que no piensen que nos engañan: su indignación y su negativa a rendir cuentas son formas pueriles de ventajismo. Además, el sistema clientelar que han promovido les ha hecho perder perspectiva sobre cómo debería ser un ecosistema de medios de comunicación sano y qué relación deberían tener las instituciones con los medios y viceversa. Sería positivo que, antes de seguir diciendo cosas de las que luego se van a arrepentir, reflexionen de veras sobre la libertad de prensa y cooperen en tener un sistema vasco de medios de comunicación a la altura de nuestras capacidades y ambiciones.