Anjel ORDOÑEZ
Periodista
JOPUNTUA

El dinero gana dinero

Los principales bancos centrales han retomado la senda del alza de los tipos de interés. El BCE los sitúa en el 1,25%. El objetivo es frenar la inflación, que supera el 9%. ¿Cuáles son los mecanismos que subyacen en esta política de intervención en la economía?

Explicado a grandes rasgos: la combinación de la pandemia y la invasión de Ucrania ha provocado una compleja crisis de suministros y una ruptura de las cadenas de abastecimiento. Es decir: la demanda de productos por parte de los consumidores supera a la capacidad del mercado para satisfacerla y, como consecuencia directa, suben los precios. Solo podrá comprar quien pueda pagar, en una espiral que desata la desconfianza, cuando no el miedo generalizado. Ante esto, el BCE decide actuar y subir el precio del dinero que presta a los bancos. Éstos, a su vez, repercuten estos costes a los clientes, que tendrán que pagar más por conseguir liquidez. La ecuación parece sencilla: si hay que pagar más por el dinero, compramos menos dinero, se reduce la actividad, cae el consumo, se enfría la economía y bajan los precios por la merma en la demanda. Todo esto, en teoría.

Ahora, bajemos al barro. ¿Qué significa esto para las personas humanas? Para empezar, una mala noticia. Habrá que pagar más por los préstamos hipotecarios. No solo por los nuevos, también por los previamente contratados con los bancos. Por el contrario, aquellos que dispongan de ahorros y posibilidad de realizar depósitos a plazo fijo, verán como se incrementa el interés que les pagan los bancos. ¿Por qué? Porque las entidades financieras recurrirán al dinero de los ahorradores para conseguir una liquidez que hasta ahora lograban a mejor precio del BCE.

¿Qué ocurre a fecha de hoy? Que los bancos están cobrando más por los préstamos desde el minuto cero, pero aún no han comenzado a pagar más por los depósitos. Y si lo hacen, es con la condición de que el cliente contrate productos financieros extra, asociados al depósito en cuestión. Era de esperar. En la Liga de la Pasta, los bancos siempre juegan en casa y con el árbitro en nómina. Nunca pierden. Ni empatan.