Raimundo FITERO
DE REOJO

El silencioso efecto contaminante

Cuando ustedes lean estas líneas ya se sabrá si las previsiones propagandísticas de un triunfo arrasador en las elecciones italianas de la extrema derecha se han cumplido o seguimos estando en el limbo, donde todavía quepan aspiraciones para recomponer una alternativa numérica a la muy promocionada Georgia Meloni, genuina representante de una tendencia europea donde se exprimen todos los limones históricos para hacer un zumo amargo, pero excitante pese a intentar camuflar las auténticas intenciones y, en este caso, uno de sus valores es que esta señora no se avino a formar parte del gobierno de supuesta concentración funcionarial de Draghi.Su partido Fratelli d’Italia parece destinado a ganar estas elecciones a través de la figura de esta mujer que estuvo arropando a Vox en las andaluzas, y que va directa a las tripas del electorado más propicio a dejarse llevar de la mano de quien se reclama madre, italiana y católica, tres cuestiones irrelevantes, pero que adquieren consistencia ante una situación general de difícil definición final. Si gana las elecciones y puede gobernar, el rumbo de la historia habrá dado un nuevo giro. Tras décadas, en Suecia los socialdemócratas han tenido menos votos que la derecha sueca más extrema. Y todos esperan a ver el silencioso efecto contaminante de este cambio radical hacia donde va.Los estrategas del programa de extrema derecha bifronte en el PP y Vox buscan apoderarse del testigo para buscar la hegemonía en el bloque. Parafraseando a Carlos Cano sobre Cádiz y La Habana, PP es Vox, con más corruptos; Vox es PP con más vagos.