Martxelo DÍAZ

Pueblos inundados por el pantano de Itoitz, rescatados del olvido

Hace casi veinte años, siete pueblos de los valles de Longida y Artze desaparecieron bajo las aguas tras el llenado del pantano de Itoitz. Una exposición de maquetas que puede verse en la Casa de Cultura de Agoitz hasta el 14 de abril los ha rescatado del olvido y da a conocer que debajo del embalse había pueblos con vida.

A la izquierda, maqueta de Artozki con su caracterísitico mural reivindicativo. A la derecha, dos detalles de la maqueta de Itoitz.
A la izquierda, maqueta de Artozki con su caracterísitico mural reivindicativo. A la derecha, dos detalles de la maqueta de Itoitz. (Iñigo URIZ | FOKU)

Hace casi veinte años se produjo el llenado del embalse de Itoitz, lo que supuso la desaparición de siete pueblos de los valles de Longida y Artze bajo las aguas. Todos ellos permanecen en un recuerdo cada vez más difuso en la memoria de los vecinos de la zona. Se trata de un entorno que las generaciones más jóvenes han conocido ya inundado. La exposición que los maquetistas Toño Villanueva y Juan José Leache inauguraron ayer en la Casa de Cultura de Agoitz busca rescatar del olvido a esos siete pueblos. La muestra, titulada “Pueblos que fueron”, se completa con los paneles elaborados por Alfredo León, que aportan datos sobre los localidades y recogen testimonios de sus habitantes, además de ofrecer una cronología del proceso de construcción del pantano. Estará abierta hasta el 14 de abril, de 18.00 a 20.00, de martes a sábado.

«Llegaron hasta nosotros fotos de pueblos de la comarca y había algunos que ya no estaban materialmente. Nos planteamos hacer unas maquetas de esos pueblos para que el recuerdo de toda esa gente que ha vivido ahí permanezca y para que la gente joven que no ha conocido esto sepa que debajo de ese pantano, de esas aguas, estaban esos pueblos», explica Villanueva.

Los siete pueblos están colocados en una sala de la Casa de Cultura de Agoitz en el lugar que ocupaban en los valles. El primero de ellos es Itoitz, situado en lo que eran la confluencia de los ríos Irati y Urrobi. Ambos están marcados en el suelo y en sus orillas se sitúan las maquetas de Artozki, Muniain y Nagore, que pertenecían al valle de Artze; y Ezkai, Gorritz y Orbaitz, que junto a Itoitz, pertenecían a Longida. Cada pueblo está colocado en una plataforma elaborado con cartón que simula una estructura metálica sobre la que se asienta la maqueta.

De este modo, el visitante tiene una sensación similar a la de sobrevolar la zona y, a vista de pájaro, observar dónde estaba ubicado cada uno de esos pueblos que actualmente están bajo toneladas de agua del embalse.

Villanueva y Leache tienen ya una larga trayectoria como maquetistas. En la misma Casa de Cultura de Agoitz se puede ver la que realizaron de cómo era esta localidad en 1929, tomando como referencia la fotografía aérea de Julio Ruiz de Alda, y de lo que fue el desaparecido aserradero de Ekai, conocido como El Irati.

COMPONENTE EMOTIVO

Destacan que los anteriores trabajos tuvieron un componente emotivo, que en el caso de los pueblos desaparecidos ha sido aún mayor. Aunque en la elaboración de las maquetas, la base son los planos del catastro, con los que ven dónde se ubicaban las casas, sus dimensiones y sus alturas, las fotografías de la época, los testimonios de quienes vivieron en esos pueblos sirve para enriquecer los detalles. De este modo, han podido conocer cómo era la parte trasera de las casas, la que no sale en las fotografías, o cómo eran las ventanas. «Ha habido gente que nos ha explicado que en la parte de atrás de su casa había un balcón, una ventana o una puerta. Lo que no se veía en las fotos lo hemos sacado así. El objetivo de toda la información que hemos recopilado es que las maquetas se parezcan lo más posible a la realidad», explican.

De este modo, han mostrado tejados derrumbados en los pueblos que los tenían así cuando se procedió a inundarlos, reflejo del histórico abandono al que se ha sometido a esta zona desde hace décadas.

«Seguro que nos encontramos con gente que nos dice que lo que hemos hecho no era realmente así. Nos ha pasado. Cuando hacemos una maqueta de algo que ya no está, hay personas que nos dicen que lo recordaban de otra manera. Y viene una persona y dice otra cosa. A veces el recuerdo de una persona no coincide con la que era la realidad», explican.

Un problema al que se han tenido que enfrentar ha sido el del relieve de los pueblos. No han encontrado mapas de este tipo, ya que toda la zona anegada por el embalse se ha borrado oficialmente. Las fotografías han sido la base para la recreación, pero han tenido que introducir correcciones. «Artozki lo hicimos como si el pueblo fuera llano. Luego ha venido gente que lo ha visto y nos ha comentado que la zona de la iglesia era un pelín más alta que el resto de las casas. Y hemos tenido que retocar todo eso», explican.

La desaparición de la zona de los mapas de Sitna, el Sistema de Información Territorial de Nafarroa, les ha obligado a recurrir a esos viejos mapas murales del herrialde o de Euskal Herria en plástico y en relieve que existían antes en oficinas y en bares. Esta ha sido la base de la maqueta que ubica los pueblos en los valles en los que se encontraban.

COMENZARON HACE CUATRO AÑOS

Para realizar la exposición comenzaron a trabajar hace cuatro años. En este periodo se declaró también la pandemia, que condicionó sus labores. En cualquier caso, destacan que no se dedican en exclusiva a la elaboración de maquetas, sino que es una afición a la que destinan el tiempo libre que les dejan sus ocupaciones. Tampoco tenían una fecha límite para montar la exposición, lo que les permitió trabajar sin prisas. De hecho, primero hicieron las maquetas y luego concibieron el modo de presentarlas ante el público.

La recopilación de la información ha sido relativamente sencilla en lo que se refiere a pueblos como Itoitz o Artozki, donde vivía un número considerable de gente cuando se produjo el llenado del pantano. Se han realizado numerosas entrevistas. «Ezkai y Gorritz estaban ya despoblados en esa época, por lo que la recopilación de testimonios ha sido más compleja. Hemos recurrido a hablar con gente que iba a Ezkai a pasar la tarde, por ejemplo. El vínculo con estos pueblos era más difuso. En el resto, no. En el resto, había mucha gente que nos ha contado muchas cosas de cómo era su vida cotidiana hasta que tuvieron que marcharse», explica León.

Los pueblos de Itoitz y Artozki estuvieron habitados justo hasta el momento en el que comenzó el proceso de llenado del pantano. La Guardia Civil y la Policía Foral procedieron a desalojar a los habitantes que se resistían a dejar sus casas para que fueran anegadas y comenzar una nueva vida en otra parte. De todos estos pueblos, solo Nagore pudo sobrevivir, ya que únicamente fue inundada su parte inferior.

Para elaborar la muestra se han recogido los testimonios de Marce Cevantes Vizcay, Javier Díez Hugueta, Patxi Gorraiz Etxamendi, Kiko Lako Itoiz, Óscar Ramos Cabodevilla, Eduardo Serano Pérez, Juan Carlos Unzué Ayanz, Ana Urrizalqui Cervantes, Mari Mar Urrizalqui Cervantes, Adolfo Villanueva Aristu, Mikel Villanueva Erdozain, Mertxe Zabalza Torrea y Blanka Zazpe Torrea.

Asimismo, los autores de la muestra agradecen la colaboración del Archivo Real y General de Nafarroa, del Museo de Nafarroa, Marta Arriola, la familia Belzunegi, Beatriz Beroiz, Javier Díez, José María Dukai, Víctor Manuel Egia, la familia Gorraiz, Francisco Huarte, Javier Idoate, Pello López, Txaro Mina, Óscar Ramos, Nieves Salvador, Félix Segura, Eduardo Serrano, Smurfit Kappa Hexacomb, Pedro Ramón Urrizola, Joaquín Vizcay y Blanka Zazpe.

La primera maqueta que realizaron fue la del pueblo de Itoitz. Luego siguieron con Orbaitz y continuaron con las demás localidades y la maqueta general. Fue en eso momento en el que empezaron a pensar en cómo mostrar el conjunto a sus vecinos y comenzaron el trabajo de organizar la exposición que se inauguró ayer y que estará abierta hasta el 14 de abril.