Iñaki LEKUONA
Profesor
AZKEN PUNTUA

Lluvia

Hacía falta. Y mucha. Pero la lluvia no se elige cuándo llega. Y aunque se hizo esperar, al final arreció. Y lo hizo este fin de semana, justo cuando no era bienvenida, justo cuando la única lluvia que se esperaba en estos días era la de miles de voces euskaltzales precipitándose desde todos los rincones de Euskal Herria, inundado cada rincón del recorrido del lago de Senpere. Se presagiaba tormenta para este fin de semana, con rayos y truenos dirigidos hacia una administración francesa que ahoga nuestra lengua en un océano de leyes que se condensan en un solo artículo de su Constitución, el que impide la oficialidad de toda lengua que no sea la de Victor Hugo, el mismo que admiraba la idiosincrasia de este pueblo al que sus compatriotas siguen menospreciando casi dos siglos después. Al final, el temporal ha sido otro, anegando barrios, campos y el propio entorno del embalse que irriga el futuro de nuestro idioma y de su cultura a este lado del Pirineo. Pese a todo, Herri Urrats se hizo. Con más ilusión que otros años si cabe. Y se tendrá que repetir. Porque las nubes oscuras que se acumulan sobre nuestras cabezas ahí seguirán y harán falta más ikastolas para refugiarnos de esa otra lluvia ácida que pretende deshacernos en su uniformidad y marchitar este territorio. Ojalá estos días jarree solidaridad.