Bilbao Basket luce su fondo de armario y su colección de paliza europea en Bulgaria
Jaume Ponsarnau pudo rotar a sus 12 jugadores, y salvo Iker Chacón, los 11 restantes jugaron un mínimo de 12 minutos, en una victoria muy cómoda.

«Hay que estar satisfecho con el equipo, porque ha entendido que para ganar sin problemas estos partidos en esta competición, los tiene que afrontar con intensidad. Hemos tenido un bajón después de la primera rotación y ellos lo han aprovechado para que no nos fuésemos en el marcador, pero enseguida ha aparecido buena mentalidad, hemos rehecho cosas y hemos aprendido. Hemos encontrado mucha gente, más o menos brillante, pero desde el trabajo y el esfuerzo, y para nosotros ese es el camino», indicÓ Jaume Ponsarnau tras el encuentro que Surne Bilbao Basket ganó con claridad en Bulgaria.
Viendo que el técnico bilbaino pudo emplear a sus 12 jugadores, con no menos de casi 13 minutos salvo en lo que respecta a Iker Chacón, cualquiera diría que los hombres de negro sacaron la colección de invierno en una pasarela.
Jugadores a tutiplén, aportando todos -hasta Chacón logró encestar el triple que intentó-, pudiendo descartar a Marvin Jones, siendo Amar Sylla el jugador con más tiempo sobre la cancha, con casi 21 minutos. Surne Bilbao Basket pudo lucir todo su fondo de armario frente a un rival que solo estuvo cerca de los bilbainos en el primer cuarto.
En realidad, los hombres de negro no quisoeron hacer sangre. Harald Frey, Thijs De Ridder y Xavi Rabaseda fueron los máximos anotadores del día, con 10 puntos por cabeza, siendo Kullamae, a excepción del triple anotado por Chacón, el menos anotador de la escuadra vizcaina.
Tras un primer cuarto de tanteo en el que los hombres de negro se pusieron por delante casi por inercia, el duelo se rompió en el segundo período. Pantzar dio un acelerón al juego y tras su estela Bilbo Basket siguió abriendo esa brecha sin volverse loco, sin necesidad de abrir distancias abisales para el descanso. Por tanto, el equipo quedó satisfecho con el 32-47 del descanso.
Ese dominio le valió al targarino no solo mover el banquillo, sino también hacer caminar en la pasarela el fondo de armario de la táctica.
«Nos ha permitido el partido probar cosas que nos ayudarán a crecer y ser mejores y es por eso por lo que estoy satisfecho», subrayó Ponsarnau.

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