Koldo LANDALUZE DONOSTIA
Elkarrizketa
Yurre Ugarte y Joseba Larratxe
Guionista y dibujante

«Estos tiempos de crisis, cada vez más autores eligen el cómic como medio de expresión»

Se intuye un gran movimiento en el formato de los cómics y novelas gráficas y la editorial Saure es una apuesta que pretende potenciar este lenguaje a través de internet. Buen ejemplo de ello es su reciente «La gata alada», un cómic guionizado por Yurre Ugarte y Joseba Larratxe que nos guía a través de la magia de ese París habitado por gatas aladas y obras de arte rasgadas.

La editorial Saure (www.ecomic-experience.com) se presenta así misma como una plataforma para potenciar las experiencias creativas del cómic educativo digital y propone obras publicadas en el formato de e-comics (cómics únicamente editados en formato digital y con precios muy económicos) con contenidos solidarios con un toque de humor, en diferentes idiomas. Todo esto para poder completar estas experiencias creativas en línea y leer textos relevantes. Uno de sus frutos más recientes, es el cómic guionizado por Yurre Ugarte y dibujado por Joseba Larratxe, «La gata alada / Katu hegoduna». Solo puede ser adquirido a través de internet.

Para Yurre Ugarte, «La gata alada» supone su primera experiencia en el cómic. ¿Le ha resultado difícil adecuarse a este lenguaje?

Yurre Ugarte:No, en absoluto. No se diferencia tanto de escribir el guión del capitulo de una teleserie o del de un cortometraje; escribir viñeta a viñeta, página por página, equivale a la escritura plano por plano, escena por escena o secuencia por secuencia, según. En este caso, porque se trataba de un guión de encargo y porque lo escribí sin conocer quién iba a ilustrarlo, es decir, sin reuniones previas con el ilustrador, tuve que detallar al máximo la historia, puntos de vista y tipos de plano, para encajarlas en el número de páginas prefijadas de antemano.

¿Y qué destacaría, desde el punto de vista narrativo, esta experiencia?

Y.U.: Lo destacable, para mí, es que por encima del hecho de que fuera un encargo, prevaleció la historia, es decir, me olvidé de que era un encargo y escribí lo que quise escribir respetando las premisas básicas que debía llevar la historia sí o sí (gato, obras de arte clásicas y un museo), conduciéndolas a mi terreno. Asimismo, narrativamente, el hecho de tener un número de páginas prefijadas imponía un alto grado de condensación de la historia, pero que visualmente, funciona.

Para un arquitecto, como es el caso de Joseba Larratxe, ¿resulta un reto excesivamente complejo recrear las calles y edificios de París?

Joseba Larratxe:Dibujar siempre ha sido mi mayor afición y, gracias a ello, las asignaturas de dibujo fueron las que más fáciles me resultaron en la carrera. Por lo tanto, el hecho de tener que dibujar la arquitectura de París no ha supuesto un problema; es más, he intentado lucirme precisamente en las viñetas panorámicas. De todos modos, tampoco hemos querido utilizar la iconografía de la ciudad de una forma demasiado evidente. Por ejemplo, por más que busquéis, no encontraréis la Torre Eiffel por ninguna parte.

Se observa una línea gráfica bastante clara en las viñetas, ¿es una obligada referencia a la escuela belga?

J.L.: Al igual que para muchos, Tintín fue mi primer contacto con las bandas dibujadas, aunque no diría que en estas viñetas haya intentado emular el trazo limpio pero ligeramente tembloroso de Hergé. Entre las referencias más directas destacaría las películas de Ayao Miyazaki, ya que la combinación de trazo claro con colores planos acerca la estética de este cómic a la animación.

¿Por qué una escenografía como París?

Y.U.: Bueno, el mero hecho de necesitar un museo con obras de arte clásicas me sugirió París, con el Museo del Louvre y su sala de Antigüedades egipcias, donde hay un gato negro de bronce, al cual se parece la gata del comic. En el Louvre también está «La raya», de Chardin, que la gata iba a intentar comer... La luna de París... En fin, estaba todo. Además, París como escenografía nunca falla... Y con un dibujante como Joseba, menos, sus trazos y colores ambientan la historia de manera evocadora.

¿Qué elementos te resultaron más difíciles para recrear sobre el papel?

J.L.: Sin lugar a dudas, los gatos y su anatomía. No llego a odiarlos, pero tampoco les tengo especial simpatía, de manera que he tenido que documentarme a conciencia. Por suerte, el 50% de los contenidos de internet son fotos y vídeos de gatitos en las más diversas poses.

¿Por qué siempre los gatos se asocian al misterio?

Y.U.: Supongo que porque se dice que son la suma de la intuición y el instinto, cualidades que están lejos de las luces de la razón humana, que es la que cataloga qué es un misterio y qué no. Al mismo tiempo, dichas cualidades también están en nosotros, aunque no las desarrollemos como ellos, de modo que cuando las percibimos en otro ser las reconocemos y podemos vivir junto a ellos... como un animal pensante quizá... La verdad es que se podría asociar al misterio a todo el reino animal y por extensión a la vida misma, sobre cuyo origen anidan los misterios y las dudas.

Entre las viñetas se cuela furtivamente el fantasma literario de Poe. ¿A qué obedece su presencia?

Y.U.: Al misterio, a lo irracional, a lo que la razón no puede entender ni alcanzar y en cambio la sensibilidad sí puede percibir. En esta historia contamos de partida con la gata, las obras de arte, elementos con gran carga de misterio de por sí. Al mismo tiempo, contamos con un personaje que personifica todo eso, el trabajador del museo del Louvre, que se deja guiar por su sensibilidad hasta extremos obsesivos, que lee a Poe, que cree que la gata alada puede volar... Ahora se me hace casi imposible pensar que Poe no se hubiera colado en esta historia.

Obligada mención al nombre del café-librería Morrison. ¿La música de The Doors te acompañó durante la escritura?

Y.U.: No, no hubiera sido una buena idea, porque me hubiera puesto a bailar o vete a saber... A mi escritura le habría resultado letal. Cuando escribo no escucho música. La música me transporta a muchos lugares y escribiendo sólo necesito estar escribiendo, aunque esté más que acostumbrada a que simultáneamente haya todo tipo de ruidos y sonidos ambientales, humanos, vecinales, infantiles... En cuanto al escenario donde vive la gata, el café-librería Morrison, me gustaba la idea de que la librería y tienda de discos más guay del París de los años 70 fuera de unos emigrantes zuberotarras fans de Jim Morrison, inquietos y modernos... En la siguiente entrega, la gata se tendrá que escapar al cementerio de Père Lachaise, a arañar el epitafio en griego clásico de Morrison.

En su opinión, ¿es un espejismo o el cómic está viviendo una nueva eclosión?

J.L.: Quizá se deba a que un cómic es como una película de muy bajo presupuesto (casi como un story board), pero lo cierto es que, en estos tiempos de crisis, cada vez más autores lo eligen como medio de expresión. También tengo la impresión de que el público en general se toma los cómics más en serio y que hay más librerías que les ofrecen una sección propia a los tebeos. De todas maneras, el cambio es tan lento y llevamos tanto tiempo hablando de él que puede tratarse de un espejismo.