Mikel INSAUSTI
CRíTICA: «Somos los Miller»

La familia que viaja unida permanece unida

Dudo mucho que en Hollywood conozcan la ópera prima de Fernando León de Aranoa «Familia», realizada en 1996. Y hasta es posible que a los cuatro guionistas de «Somos los Miller» se les haya ocurrido en medio de una tormenta de ideas la invención de una falsa familia, pero aunque así fuera, el problema es que no han sabido qué hacer con tan estimulante punto de partida.

Al protagonista, un soltero que subsiste como suministrador vecinal de hierbas ilegales para fumar, también le sobreviene una repentina epifanía. Da con la fórmula ideal para pasar un cargamento de marihuana por la frontera con México, al ver circular por delante de su casa a una familia convencional que hace turismo en una autocaravana. Una vez realizado un esfuerzo mental tan elevado, el ocasional genio opta por conservar las escasas neuronas que le quedan en funcionamento para mejor ocasión, sin emplearse a fondo en el posterior reclutamiento de los miembros del ficticio grupo familiar. Se limita a tirar de lo que tiene más a mano, sin salir de su edificio. A la stripper con la que se suele encontrar en el rellano de la escalera le contrata como esposa, y para ejercer de hijo adolescente ya tiene a un chico abandonado, que le lleva hasta otra chica que se ha escapado de casa.

Las caracterizaciones de forzado parentesco están bien resueltas por el cuarteto estelar que forman Jason Sudeikis, Jennifer Aniston, Will Poulter y Emma Roberts. Tampoco los secundarios desmerecen, con Ed Helms como el gran capo que tiene en su despacho un acuario gigante con una orca, o Luis Guzman como el policía mexicano que pide un soborno carnal para acabar llevándose el dinero, o Nick Offerman actuando de verdadero padre de familia que viaja en autocaravana. No son las interpretaciones las que fallan, sino los tópicos diálogos y las manidas situaciones que se van sucediendo a lo largo de esta comedia de carretera que gira alrededor del narcotráfico fronterizo.