Aitor AGIRREZABAL Edimburgo

Central de Grangemouth: 800 puestos de trabajo y motor económico de Escocia

A diez meses de que sus habitantes decidan su futuro, Escocia ha dado un paso de gigante en la supervivencia económica del país al recuperar el funcioamiento de la central petroquímica de Grangemouth.

La central petroquímica de Grangemouth, uno de los motores económicos del posible nuevo estado, ha recuperado el funcionamiento completo de la planta, después de que los propietarios y el sindicato Unite llegaran a un acuerdo para mantenerla abierta, asegurando que miles de empleos no se pierdan.

La empresa Ineos, propietaria de la central petroquímica escocesa, había echado el candado a la planta tras no llegar a un acuerdo con los trabajadores para cambiar ciertas condiciones laborales. Sin embargo, finalmente, tras un acuerdo entre los dueños de la central y los representantes del sindicato Unite, se ha recuperado el funcionamiento completo de la planta, que cuenta con más de 800 empleados.

La decisión del sindicato Unite supuso agarrarse «a un plan de supervivencia», pese a que este incluye una congelación salarial, poniendo fin al régimen de pensiones, entre otros cambios en los términos y condiciones.

Los políticos de los gobiernos de Escocia y Gran Bretaña han estado presionando a ambas partes para desatascar el punto muerto al que habían llegado las conversaciones, dada cuenta del golpe que supondría para la economía local. Ineos invertirá, según números de la propia empresa, más de 300 millones de libras que se utilizarán para financiar la creación de una nueva terminal de gas que proveerá a los EEUU. Desde el Gobierno escocés aseguran que este debería ser un gran sustento para la economía nacional de una posible Escocia independiente a partir de setiembre de 2014.

Pese a que más de 800 personas han logrado mantener sus puestos de trabajo, muchos de sus derechos laborales han quedado en el olvido. Los salarios han sido congelados, los trabajadores no podrán convocar una huelga en un espacio de tres años y el esquema de pensiones variará, sin que todavía se haya conocido cómo será el nuevo modelo.

Pat Rafferty, secretario del sindicato Unite, admite que «es triste que a hombres y mujeres decentes se les pida que hagan sacrificios para conservar sus puestos de trabajo», sin embargo, asumen que mantener el puesto y garantizar el futuro de la empresa debe ser su prioridad, por encima de los derechos laborales conseguidos durante años.

Alex Salmond, primer ministro de Escocia, asumió como vital la supervivencia de la central de Granfemouth, ya que, «defiende y asegura puestos de trabajo y medios de vida en el país». Un punto importante para el Gobierno escocés, que en la campaña por el voto afirmativo en el referéndum de independencia, está tratando de asegurar que una Escocia independiente es viable y que incluso la situación económica del país mejoraría tomando sus propias decisiones.

Desde Londres también han querido sumar puntos a la causa opuesta, y han asumido el resultado como una victoria propia. Downing Street apuntó que la prioridad del primer ministro David Cameron era asegurar la supervivencia de la central. «Cualquier progreso en ese sentido es muy alentador», señaló el portavoz del Gobierno. Al mismo tiempo, aseguró haber trabajado «estrechamente» con el Gobierno escocés para encontrar una solución a este conflicto.

Por su parte, Ed Davey, Secretario de Estado de Energía apuntó al trabajo que desde Westminster se ha hecho para que el pueblo de Escocia no salga perjudicado, defendiendo así su «compromiso con Escocia, su economía y su gente».

Alex Salmond renacionalizará el servicio de correos

El primer ministro escocés, Alex Salmond, aseguró que una Escocia independiente volvería a recuperar el servicio público de correos. Alejándose del modelo económico que ha impuesto Gran Bretaña a Escocia, Salmond pretende recuperar los poderes públicos una vez el país haya votado «sí» a la independencia. Los trabajadores del Royal Mail habían convocado una huelga este mes, pero tras varios avances en las conversaciones, han decidido alargar la negociación hasta el próximo 27 de noviembre.

La empresa de correos fue privatizada a principios de octubre, tras lo que los trabajadores votaron si convocar el paro o no. Un 78 % de los más de 115.000 empleados votó a favor de una huelga cuyo objetivo ya no era parar la privatización, sino asegurar los derechos de los trabajadores, que ahora quedan en manos privadas. La venta, sin embargo, sigue dando que hablar. Cuando el servicio de correos británico pasó a manos privadas, lo hizo tasado en 3,3 billones de libras. Pese a ello, ya como empresa privada, en el primer día de salida a la Bolsa de Londres, las acciones subieron casi un 50 %, ascendiendo el precio hasta 4,9 billones de libras. Por tanto, el contribuyente escocés perdió más de 1,5 billones en la operación de privatización en tan solo un día. Los trabajadores no pueden tocar sus acciones en tres años, por lo que están más preocupados por su puesto de trabajo que por el valor de las mismas. GARA