La Assemblea Nacional Catalana (ANC), responsable de las masivas movilizaciones en las últimas Diadas, fijó su posición ante los cruciales acontecimientos que se esperan en los próximos meses con un acto en Seva (Barcelona), en el que el secretariado nacional presentó la llamada Declaración de Noviembre.

Ante la inminencia del obligado acuerdo sobre la pregunta y la fecha de la consulta -CiU, ERC, ICV-EUiA y CUP se comprometieron a fijarlas antes de final de año- la ANC quiso dejar claro que la convocatoria de un referéndum en 2014 es «irrenunciable» y que debe celebrarse «lo más rápido posible, preferentemente antes del 31 de mayo de 2014». La Declaración insiste en que la pregunta debe ser «una sola pregunta, directa y clara, que se debe poder responder de forma afirmativa o negativa, y que debe preguntar explícitamente sobre la independencia de Catalunya». Añade que «cualquier otra posibilidad sería un fraude» y lanza su propia propuesta de pregunta: «¿Quiere que Catalunya sea un Estado independiente?».

La ANC también pone su foco en las fuerzas políticas, a las que pide «aparcar los tacticismos partidistas» y «pensar en el bien común». Para encarar la actual etapa «con garantías de éxito» ve «imprescindible la máxima unidad de acción entre las instituciones catalanas, la sociedad civil y los partidos políticos». «La unidad de acción política debe hacerse visible con acuerdos parlamentarios amplios y permanentes y, cuando sea necesario, con la formación de un gobierno de concentración nacional», sigue la Declaración, que advierte de que «la unidad será la mejor herramienta ante los intentos permanentes de los aparatos del Estado español de torpedear el proceso y para defender las instituciones en caso de disolución o intervención de la Generalitat».

Por otra parte, la ANC califica las próximas elecciones europeas como «un reto y una oportunidad para Catalunya». Advierte de que «nuestra determinación nacional será observada» por los países europeos, por lo que pide «una candidatura de amplio espectro sociopolítico, que pueda tener el apoyo del máximo número de fuerzas políticas y movimientos populares». Una idea abrazada ya por CiU, pero rechazada, hasta ahora, por ERC, ICV-EUiA y CUP.

Sobre el traspaso de la competencia para convocar referéndums, la Assemblea advierte de que «no puede servir de excusa» para demorar la consulta y cree que «el Parlament debe fijar una fecha límite para recibir una respuesta», tras lo cual, aboga por «convocar la consulta de acuerdo con la legislación catalana».