GARA GINEBRA

Los titulares de Exteriores asumen la negociación con Irán en una fase «muy difícil»

Las negociaciones sobre el programa nuclear iraní entraron ayer en una fase «muy difícil» que llevó a que todos los ministros de Exteriores del grupo 5+1 acudieran a Ginebra ante un posible acuerdo.

Los responsables de Exteriores de las seis grandes potencias del denominado grupo 5+1 (EEUU, Rusia, Estado francés, Gran Bretaña, China y Alemania) así como la de la UE, se encontraron ayer en Ginebra para ejercer toda su influencia en la que se preveía como la etapa final de la negociación sobre el programa nuclear iraní.

«Persisten dos o tres puntos de divergencias, pero las dos partes se han acercado a un acuerdo», declaró el líder de la delegación iraní, el viceministro Abbas Araghachi. Pero ya por la noche el mismo Araghachi indicó que «las negociaciones son difíciles y densas y no está claro si llegaremos a un acuerdo esta noche. Las discusiones giran sobre el equilibrio entre los pasos que cada parte debe hacer».

Fueron llegando a Ginebra el secretario de Estado, John Kerry, el ministro de Exteriores británico, William Hague, el alemán Guido Westerwelle, el chino Wan Yi francés, y el francés Laurent Fabius, cuya postura impidió un acuerdo en la negociación a comienzos de mes. El ruso Sergei Lavrov se encontraba en la reunión desde el viernes. Desde las 7.30 durante la jornada se sucedieron diferentes encuentros bilaterales que continuaron tras la cena.

Pero ambas partes coincidieron en que las negociaciones se encontraban en una fase «muy difícil». El ministro iraní de Exteriores, Mohammad Javad Zarif, recalcó que «los negociadores iraníes insisten en los derechos de nuestro país y no estamos dispuestos a aceptar un acuerdo que dañe a los intereses de Irán. Nos opondremos a toda demanda excesiva». Explicó que se trabaja en un acuerdo en tres fases y que «el enriquecimiento de uranio debe formar parte del mismo. Aseguramos a la población que el enriquecimiento no se parará nunca».

También Hague afirmó que «quedan negociaciones muy difíciles» y que su presencia en Ginebra no se debía «a que las cosas han terminado». «No cerraremos un acuerdo a menos que pensemos que es una verdaderamente útil que trata problemas creados por el programa nuclear iraní», agregó. Fabius dijo desear un «acuerdo sólido» y Westerwelle estimó que «hay una oportunidad realista pero todavía queda mucho trabajo».

Desde el miércoles las delegaciones trabajan sobre un acuerdo de seis meses que limite el programa nuclear a cambio de un suavizamiento de las sanciones impuestas a Irán. Teherán insiste en mantener su programa y seguir los trabajos de construcción del reactor de agua pesada de Arak, destinado a fines médicos y de investigación, pero que Occidente cree que podría ser utilizado para armamento nuclear.