Raimundo Fitero
DE REOJO

Usos

La descomposición del Gobierno español y el grupo organizado que lo sustenta se está produciendo con una celeridad absoluta y ante los plasmas de la ciudadanía entera. Mariano Rajoy está de oferta promocional por las televisiones, radios y prensa afín en general para vender sus mentiras más incorruptas, y aunque sean entrevistas pactadas, milimetradas, cualquier pregunta que no sea sobre el tiempo o el balón de oro, ¡manda güevos!, siempre le compromete porque parece tener una incapacidad patológica para dar una contestación que no sea retórica o simplemente capciosa. Las ilusorias mentiras sobre la financiación ilegal de su banda, de la economía en general, empiezan a formar parte de su testimonio de cargo, pero lo que dijo sobre las cuchillas en las vallas en las colonias africanas es un insulto total, porque asegurar que no sabe que pueden herir gravemente a las personas, y a continuación decir que para que no se corten, que no suban por las vallas, es de un cinismo bastardo.

La vida televisiva en los entes públicos ocupados por los peperos debió ser una orgía de sobresueldos. Los detalles de las contrataciones en la televisión valenciana Canal Nou ahora en ruinas, nos informan de un desfalco a docenas de manos en toda regla. Lo que pagaban a personajes de la calaña de Jesús Mariñas, seis mil euros por cada intervención en «Tómbola»; los millones que se llevó José Luis Moreno, los sueldos que cobraban todos los supuestos periodistas de la caverna, no se deben achacar a decisiones del ente valenciano, sino que eran parte de la trama urdida en Génova para compensar a los amigos y fieles escuderos defensores de sus tesis más ultras. Son los peores usos de un ente público de radio y televisión convertido en un fondo de reptiles y en un auténtico saqueo económico, además de un infecciosa manipulación ideológica.

Un último detalle: María Escario se queja amargamente en una red social de que en su televisión de siempre, en la que lleva treinta años, no se ha dado la noticia de que ha recibido un Premio Ondas, que concede la cadena Ser, precisamente por su trayectoria en el ente público estatal. El sectarismo como uno de los malos usos.