Joseba VIVANCO
NUEVA REMONTADA Y TRIUNFO PARA SEGUIR LA ESTELA EUROPEA

Más ambición que sensación

Valverde acertó con el cambio de jugadores y posiciones tras el descanso para llevarse el partido.

MÁLAGA 1

ATHLETIC 2

El Athletic decidió dejar para otro día las mejores sensaciones, esas que reclamaba hasta el mismo Ernesto Valverde, y volvió a tirar de lo que esta temporada se está acostumbrado, de casta, de reacción, de ese plausible ADN de no dar nada por perdido, para voltear su enésimo partido, esta vez lejos de casa, y traerse tres puntos que valen para no perder comba con el Villarreal, su equipo de referencia. Los abrazos finales de los jugadores rojiblancos al término del choque dan fe de lo que supone esta victoria para seguir afianzándose en que puede ser un año bonito.

Es verdad que en líneas generales fue mejor que el Málaga, que por momentos dominó la situación, pero también lo es que necesitó ir por debajo en el marcador para echar el resto, tirar hasta de Toquero y finalmente encomendarse a un Muniain que venía en estado de gracia goleadora para que a falta de cinco minutos para el final certificara una victoria seguramente merecida, por poco, pero merecida. Este Athletic sigue en estado de gracia, clave mientras no consiga destapar todo el tarro de las esencias que se les supone a estos jugadores, pero que de momento le mantiene en la pomada europea, y como dijo una vez Otto Rehhagel, «el primero -en este caso el sexto- siempre tiene razón. Por tanto, yo tengo razón. Cuando sea quinto, podrán decirme lo que quieran». Y de momento, Valverde y los suyos están ahí.

Otro gol con diez

Confirmó Ernesto Valverde lo que dejó entrever en Lezama, con Herrera por banda derecha, Muniain de enganche con Guillermo en punta, e Ibai por la izquierda. Atrás, lo sabido, Laporte y San José, una pareja que será difícil tenga una secuela. Con esas y con la obligación impuesta incluso por el técnico rojiblanco de ganar sí, pero traerse unas buenas sensaciones lejos de San Mamés, se presentaron en La Rosaleda ante un Málaga que sumaba un triunfo en las últimas siete jornadas. Un equipo andaluz muy justito de potencial que, por desgracia para las huestes bilbainas, a poco que hizo se fue con ventaja en el marcador al descanso.

Fue un primer tiempo donde el Athletic fue de más a menos, y donde teniendo en cuenta que ambos técnicos salieron con dos puntas veinteañeros, Juanmi y Guillermo, que apenas se llevan cinco días de vida, y que suman 3 y 1 partido, respectivamente, en Primera, pues con esos retales no es de extrañar que los leones realizaran su primer golpeo a puerta en el minuto 21 y los boquerones en el 30.

Primera mitad sin llegadas, con un Athletic mejor instalado sobre el volátil césped malagueño, dominando la pelota, la presión, pero sin fuste arriba. Sus bandas morían sin pisar los metros finales del campo local y eso la izquierda, porque la derecha ni existió. Herrera tiraba hacia dentro, Muniain trataba de moverse bien en tierra peligrosa, un onmipresente Iturraspe sostenía al equipo y atrás, Iraizoz era un mero espectador como Caballero en la otra portería.

El Athletic tenía el partido donde quería, pero faltaba adelantarse en el marcador. Para eso había que crear peligro y la primera y única ocasión clara la protagonizó un incómodo cabezazo de Guillermo desde cerca y que un defensor salvó bajo palos. Curiosamente, ahí se acabó el Athletic del primer tiempo. Bueno, ahí o mejor en la momentánea salida del campo de Laporte por un golpe en la nariz.

Igual que en el Calderón, con un hombre menos, una jugada de banda a banda acabó con Angeleri asistiendo de cabeza y el chaval Juanmi clavándola en la escuadra mientras San José hacía la estatua. El Málaga le había quitado ya la posesión a los rojiblancos casi sin quererlo, había avisado con tres chuts desviados en diez minutos y se puso por delante en el marcador sin beberlo ni comerlo. A vestuarios con cara de tontos. Sensaciones, ni las justas, vamos.

Metió Valverde a Susaeta al regreso de la caseta, una ausencia difícilmente explicable en un once titular del Athletic, y los bilbainos se fueron decididamente arriba, a por el empate, cediendo, eso sí, al Málaga la oportunidad de rematar en alguna contra. A Susaeta le siguió De Marcos y poco después Toquero por un Guillermo al que la dupla defensiva Sergio Sánchez-Weligton le vino grande. Ni una jugada reseñable hasta que en el 67 córner que bota Susaeta y San José se eleva para cruzar con el hombro a la red, con lo que a lo mejor Txingurri se piensa mejor aquella pregunta de un aficionado sobre si pensaba en el navarro de `9'. Tercero del de Atarrabia.

Empate y el partido se alocó de manera explosiva, con los dos equipos decididos a ir a por el resultado. Idas y vueltas, el Athletic, con un once mucho más ofensivo y decidido, apretó y al final encontró premio. Los movimientos de piezas de Valverde, una vez más en la segunda mitad, desdibujando su equipo inicial, situando a Muniain en banda ziquierda y a Herrera en la sala de máquinas, son Susa y De Marcos ya sobre el verde, dieron fruto. Fue con un Málaga con un hombre menos, ojo por ojo, por expulsión de Portillo, cuando una jugada trenzada acabó con Herrera haciendo de De Marcos, centrando al área y allí, Muniain, acertaba a la segunda ante Caballero. Cinco minutos por delante en los que el Athletic demostró que es el que menos goles recibe en el último cuarto de hora de los partidos.

Victoria inapelable, fe inquebrantable, inoculación de moral para recibir al Barça y a seguir soñando.