Mikel INSAUSTI
CRíTICA: «Metro Manila»

Sobrevivir en Filipinas a los tifones de la corrupción

Sorprendente y grato cambio de registro el que ofrece el inglés Sean Ellis en su tercer largometraje, después de mostrar una estética más indie en sus anteriores «Cashback» y «The Broken». Con «Metro Manila» se pasa al thriller social de vocación viajera, ya que se ha ido con lo puesto a la capital filipina para rodar con un estilo de urgencia. Ha sido posible gracias a que se ha ocupado personalmente de la parte técnica a fin de reducir el personal del equipo, manejando la cámara y dirigiendo la fotografía. Dominada la logística, puso en práctica un plan de rodaje cuidado al detalle, a partir de un guión muy estudiado previamente.

«Metro Manila» ha ido acumulando premios internacionales tras ganar el del Público en Sundance, lo que le ha valido ser seleccionada por Gran Bretaña para el Oscar de Mejor Película de No Habla Inglesa. Se debe a que trabajó con intérpretes nativos, los cuales se expresan en tagalo. Éstos se traducían sus diálogos del guión original escrito en inglés, con lo que cada personaje consigue una mayor naturalidad y una expresividad propia, llegando a sonar todos distintos. Matices que se pierden en la versión doblada, que no permite apreciar las diferencias entre la familia del protagonista, que viene del campo, y los extraños que se van encontrando en la gran ciudad.

La diferencia entre la vida que llevaba esta familia en los arrozales y la que se encuentra en la superpoblada y caótica Manila no tiene que ver con el hambre, que básicamente es igual, sino con la violencia. Desde su llegada se verán obligados a prostituirse para sobrevivir, con la madre trabajando embarazada en un club y el padre en una empresa de seguridad para furgones blindados. Sin tiempo para darse cuenta de su nueva situación, se verán expuestos al peligro sin posibilidad de escapar a él. Se convierten así en víctimas anónimas de la corrupción, puesto que en una sociedad como la filipina nadie prospera trabajando honradamente. Es una bella y trágica historia sobre el sacrificio humano.