Arantxa MANTEROLA MAULE
COLECTIVIDAD TERRITORIAL PARA IPAR EUSKAL HERRIA

Un clamor por el reconocimiento, desde tierras zuberotarras a París

«No estamos dispuestos a ser ciudadanos de segunda clase» dijeron, enojados, los portavoces de Batera en la intervención final de la manifestación que tuvo lugar ayer en Maule para reivindicar una Colectividad Territorial propia para Ipar Euskal Herria. Denunciaron el «desprecio, las amenazas y la discriminación» de la que son objeto por parte de París. En la movilización estuvieron presentes muchos electos y representantes políticos, sindicales y sociales.

Como si se tratara de una multitudinaria pastoral, más de 3.000 personas pertrechadas con sus correspondientes makilas desfilaron ayer por las calles de Maule convocadas por la plataforma Batera, para reivindicar una Colectividad Territorial Específica (CTE) para Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa.

Aunque el cielo estuvo amenazante, la lluvia no hizo acto de presencia, con lo que la marcha se desarrolló en un ambiente distendido pero firme en su demanda. Desde el inicio resaltó la impronta zuberotarra, ya que antes de arrancar la manifestación un grupo de dantzaris ofreció un par de bailes a los congregados en la plaza.

Los sones de la txirula y de la banda, el estridente ruido de una sirena y varios cohetes dieron la señal de partida. La pancarta portada por los miembros de Batera con el lema «Mespretxurik ez!» («No al desprecio») abrió la marcha, seguida por los dantzaris y personajes típicos de las mascaradas.

El bloque de electos que secundaron la movilización se situó con su propia pancarta tras ellos. En él caminaban los alcaldes de Bastida, Hendaia, Maule, Liginaga-Astue, Irisarri, Ezpeleta, Arberatze-Zilhekoa, Izura y numerosos concejales, como Peio-Etxeberri Aintxart, Paxkal Lafitte e Yvette Débarbieux de Donibane Lohizune, Iñaki Ibarloza de Ziburu, Michel Poueyts y Jakes Abeberri de Biarritz, Jean-René Etchegaray e Yves Ugalde de Baiona, Filipe Aramendi, Ixabel Etxeberria y Jean Telletxea de Urruña. También estaba presente la presidenta de Udalbiltza, Mertxe Aizpurua.

Caras conocidas

Además de los electos municipales, la senadora Frédérique Espagnac y la diputada Sylviane Alaux, ambas del PS, y la consejera regional de Europe Ecologie-Berdeak Alice Leiziagezahar se integraron en el bloque.

Hubo muchas caras conocidas. Entre otros, Xabi Larralde, Anita Lopepe y Jean-François Lefort de Sortu, Rebeka Ubera e Iñaki Irazabalbeitia de Aralar, Peio Urizar y Philippe Duluc de EA, Filipe Bidart de AB, Michel Larralde de la CFDT, Amaia Muñoa de ELA, Eñaut Aramendi de LAB, Panpi Sainte-Marie de ELB, Mixel Mendiburu de Anai Artea, Anaiz Funosas de Bake Bidea, Paxkal Indo -Seaska-, Pantxoa Bimboire y Peio Olhagaray -Cámara de Comercio e Industria- y un largo etcétera.

A lo largo del trayecto se corearon lemas a la vez irónicos y rotundos. Es el caso de «Aski, aski, mespretxua aski», «Hollande-Ayrault kaxu, herria kexu» o «Batera, batera, denak aurrera, denak Maulera», mientras los buhameak de la maskarada correteaban y saltaban entre las pancartas.

Muchos grupos de padres con sus hijos portaban pancartas representando a sus respectivas ikastolas.

3.000 jóvenes menos

La manifestación finalizó en el mismo lugar donde arrancó. Varios músicos acompañaron a Mixel Etxekopar, que versionó la conocida canción ``Baionako suprefeta'' con una letra ad hoc a la reivindicación de la Colectividad Territorial en una curiosa mezcla de sones del folclore tradicional y rap a la zuberotarra.

La concejala de Muskildi Léonie Agergarai se dirigió a los manifestantes declarándose «emocionada» por la «gran participación» en tierras zuberotarras. Recordó, entre otros datos, que en 20 años más de 3.000 jovenes se han visto obligados a abandonar Zuberoa debido, entre otros, a la falta de «instituciones decisorias locales».

Una «makila» para el camino y también para «defenderse»

El presidente de Euskal Herriko Laborantza Ganbera Mixel Berhokoirigoin -en euskara- y la concejala de Baiona Martine Bisauta -en francés- fueron los encargados de la intervención final.

En nombre de Batera ambos se hicieron eco de la «indignación» que ha producido en la sociedad civil el proceder de París: «Después de trabajar meses y lograr un consenso insólito en torno a un proyecto de CTE coherente y sólido, este ha sido lanzado a la basura (...) Realmente nos toman por imbéciles y este desprecio es intolerable», dijeron.

«Además de desprecio -prosiguieron- están también las amenazas contra los instrumentos de los que nos hemos dotado, contra el perímetro histórico de Ipar Euskal Herria, contra las ikastolas».

Los dos portavoces incidieron en que los «ciudadanos vascos sufrimos una verdadera discriminación» con respecto a otros territorios del Estado, como la metrópolis de Lyon o Córcega, cuyas demandas son estudiadas al menos. «Pero para Euskal Herria nunca hay nada. Siempre es no y no, por principio, sin ningún argumento», enfatizaron.

Así las cosas, se declararon resueltos a «decir no» a su vez, «porque estamos hartos de ser tratados como ciudadanos de segunda clase», y a seguir adelante con sus reivindicaciones (CTE, cooficialidad del euskara, cámara agraria y universidad autónoma). «La makila (utilizada ayer simbólicamente) nos será de gran ayuda para esta larga andadura. Y también para defendernos», añadieron. A.M.