Agustín GOIKOETXEA
Crónica: Iniciativa por los derechos de presos y exiliados

Gotas solidarias conforman en Durango la ola llamada a ser mar el 11 de enero

Cientos de gotas conformaron ayer a la tarde en el casco viejo de Durango la primera gran ola en favor de los derechos de presos y exiliados. Todo augura que esa expresión de solidaridad desemboque el 11 de enero, a las 17.30, en las calles de Bilbo en un mar por las soluciones y la paz.

La iniciativa social Tantaz Tanta concitó ayer en Durango la adhesión de cientos de personas dispuestas a ser gotas de solidaridad en favor de los derechos humanos de las personas presas y exiliadas, las soluciones y la paz. La suma de voluntades generó una primera ola que empapó las calles del centro histórico de la villa vizcaina y constató que el inmenso mar que se pretende crear el 11 de enero no es una quimera sino un sueño realizable.

Tras unos días nubosos, los rayos de sol calentaron Euskal Herria pero no fueron capaces de hacer evaporar gotas comprometidas con dar pasos hacia la resolución del conflicto, especialmente en lo que respecta a la cuestión de los represaliados. Horas antes de la cita en la explanada de Landako, en distintos rincones de Durango era visible el trabajo de los 80 voluntarios dispuestos a ayudar a que la ola fuera posible.

La corriente se puso en marcha hace semanas y ayer la ola llegó a Durango, convertida durante cuatro días en la capital de la cultura vasca. Desde Landako, corazón de la Azoka, partió a las 15.30 la kalejira previa a la singular movilización popular en la que cientos de gotas de diferentes procedencias generaron una marea que a golpe de adhesión pasó a ser ola.

Al toque de adarra, la veintena de joaldunak llegados del barrio gasteiztarra de Judimendi, Zumaia y Urkabustaiz abrieron la comitiva, seguidos por una camioneta con una gran gota desde la que se llamaba a sumarse a la marcha festiva. Detrás, dantzaris de Iurreta portando una gran enseña por la vuelta de presos y exiliados a casa, acompañados de gigantes y cabezudos ondarrutarras, para dar paso a cientos de personas animados por trikitilaris camino del casco viejo.

Minutos de nervios para los organizadores, dando los últimos detalles a todos y cada uno de los participantes. La marcha rozó el pórtico de la iglesia de Andra Mari, se adentró en Goienkale para girar a la derecha por Zeharkale y terminar en la plaza del Ayuntamiento. Para cuando la comitiva arribó a ese punto, era ya difícil encontrar un espacio amplio donde situarse. Desde la megafonía se iban detallando movimientos a ejecutar con las gotas mientras los quince cámaras no perdían imágen aprovechable para el video que se colgará el lunes en la red. Desde una plataforma se ultimaba el descenso de una gran gota empujada por escaladores.

Agitar el mar

Llegó la hora de agitar el mar para conseguir olas poderosas capaces de echar abajo un muro que representaba la negación de los derechos de presos y refugiados. Sonó la sirena, los joaldunak rozaron de nuevo Andra Mari y la corriente solidaria arrancó en Goienkale con la fuerza que imprimieron una pareja de cestapuntistas mientras un irrintzi desgarrador daba aún más fuerza a la ola que adquiría brío con el agitar de las cientos de cartulinas con la gota impresa en una calle atestada, donde no faltaron las olas simuladas por unas grandes telas en la confluencia de Goienkale y Zeharkale. En el recorrido, un aizkolari, un mimo y escaladores con máscaras naranjas, como guiño a los jóvenes independentistas desobedientes que hoy acuden a Durango, en otra cita con la solidaridad.

En Zeharkale, delante del muro, representando la fachada de una cárcel cualquiera, dantzaris que fueron testigos de cómo la pared imaginaria era destruida por la furia de la ola. En ese instante, en medio de la plaza consistorial, un dantzari ondeó por tres ocasiones la enseña en exigencia de la repatriación de los represaliados a Euskal Herria mientras fuegos artificiales y confettis azules ponían la nota de color entre continuas consignas de «etxera».

Fueron dos veces en las que se repitió la escena, entre comentarios jocosos de los participantes y con un sentimiento profundo de haber aportado para que la ola poderosa escenificada ayer en Durango sea el 11 de enero un inmenso mar en las calles de Bilbo. «Gota a gota caminamos hacia la solución», no se cansan de repetir desde la iniciativa social Tantaz Tanta-