Iñaki IRIONDO
DEBATES PRESUPUESTARIOS

El PP avala el presupuesto de Lakua por una cosa y el PSE por la contraria

El Gobierno de Urkullu salvó ayer el trámite de las enmiendas a la totalidad con la ayuda del PSE y del PP. Lo llamativo es que cada uno de ellos alegó motivos antagónicos para hacerlo. El PP arropó las cuentas porque el PNV se ha comprometido con el ahorro y con cumplir las leyes de estabilidad presupuestaria. Pero, según el PSE y gracias a él, «ya no se oye ese mantra conservador de que no podemos gastar lo que no podemos pagar» ni nadie defiende «los criterios austericidas de Rajoy».

Los presupuestos del Gobierno de Lakua no fueron devueltos para su reelaboración como pedían EH Bildu y UPyD y siguen, por tanto, con su trámite. El rechazo de las enmiendas a la totalidad estaba claro después de los pactos suscritos por el Ejecutivo autonómico. El PSE unió sus votos al PNV, mostrando una gran adhesión a estos presupuestos, mientras que el PP se limitó a abstenerse.

El punto desconcertante de la sesión llegó cuando los portavoces de los dos grupos que se han convertido en muletas del Gobierno de Urkullu explicaron las razones de su posición. Y es que, por lo escuchado, PP y PSE tienen una visión muy distinta de los presupuestos que apoyan.

El Gobierno del PNV ha firmado con el PP una bases que, según se recoge en el pacto, «constituyen el programa directivo del Ejecutivo vasco en materia económica». Un texto que refleja la aceptación de la ley de estabilidad presupuestaria y sostenibilidad financiera que Mariano Rajoy sacó adelante con su mayoría absoluta. Por eso ayer el portavoz económico del PP, Antón Damborenea, incidió en el compromiso del PNV con el ahorro, con pagar cuanto antes la deuda. De ahí su apoyo. «Nosotros -dijo- hemos firmado el pacto que hemos firmado, que es un pacto de ejecución presupuestaria y lo que nosotros esperamos ver de este Gobierno es que, además de cumplir las leyes de estabilidad presupuestaria, sea capaz de aplicarse esos mismos principios de buena gobernanza».

El PSE, por su parte, tiene una visión diametralmente opuesta de este presupuesto. José Antonio Pastor defendió que gracias a las aportaciones de su partido, este proyecto no tiene nada que ver con el primero que presentó Iñigo Urkullu y que tuvo que ser retirado. Hay más dinero y va a poder gastarse más. «Ha habido un cambio de rumbo que celebramos». Pastor aseguró que «ya no se oye ese mantra conservador de que no podemos gastar lo que no podemos pagar, porque ahora lo que nos planteamos es qué Estado de bienestar queremos y con qué recursos lo vamos a sostener». Y añadió que «ya nadie defiende, por tanto, los criterios austericidas del Gobierno de Rajoy, que son los que aparecían en el anterior proyecto de presupuesto».

Es decir, se trata de la lectura exactamente contraria a la que minutos antes había hecho Antón Damborenea.

El Gobierno mantiene con el PSE un acuerdo que va más allá de lo presupuestario, pero que en las cuentas ha tenido su traducción en el apoyo conjunto a decenas de enmiendas, muchas de ellas ligadas a proyectos en municipios gobernados por el PSE. Con el PP, por su parte, hizo un pacto posterior que, como se ha dicho, va ligado a una forma de gestionar ese presupuesto y a compromisos de austeridad.

EH Bildu, única oposición

Dados los pactos suscritos por el PNV con PSE y PP, la coalición EH Bildu queda como única oposición al Ejecutivo, puesto que UPyD cuenta con un único parlamentario.

El pleno arrancó con la presentación de los presupuestos por parte del consejero de Hacienda, Ricardo Gatzagaetxebarria, que destacó que la crisis «ha tocado fondo», aunque el crecimiento del PIB y del empleo será «leve y débil». Definió el proyecto como una combinación de medidas para la reactivación económica y la creación de empleo, con el man- tenimiento del compromiso para la defensa de las políticas sociales, la sanidad y la educación públicas.

A continuación tomó la palabra Laura Mintegi para argumentar la enmienda a la totalidad presentada por EH Bildu. Según afirmó, este proyecto no sirve para cubrir las necesidades de la sociedad vasca y, en nombre de la austeridad, recorta la inversión pública y social. En palabras de Laura Mintegi, «el PNV se inclina ante las exigencias del capital y se limita a poner label vasco a unos presupuestos diseñados a 500 kilómetros de Euskal Herria».

EH Bildu acusa al Ejecutivo de destruir empleo al ampliar la jornada laboral en los servicios públicos y no cubrir las bajas desde el inicio. Además los debilita con recortes de 164 millones de euros menos en Educación, 55 en Sanidad y 121 menos en políticas sociales. Los datos, por lo tanto, evidencian que el discurso social del PNV no casa con su práctica neoliberal, ya que mientras adelgaza los servicios sociales, dedica la mayor parte de la inversión pública al tren de alta velocidad, «esa escultura a la estulticia», ya que es un proyecto que no tiene ni rentabilidad social, ni viabilidad ni valor añadido.

El encargado de responder a EH Bildu, por el PNV, fue Joseba Egibar, que acusó a la coalición de no hacer en Gipuzkoa lo que predica en la Cámara. La jeltzale Josune Gorospe se encargó de replicar a Gorka Maneiro, que también presentó enmienda a la totalidad al proyecto «nacionalista», pactado por «los partidos viejos».

En el exterior del Parlamento se sucedieron las concentraciones tanto de trabajadores del sector público, como de la Coordinadora de ONGs, de la que se da cuenta en la página 15.

Propuestas concretas de EH Bildu

En su discurso, Laura Mintegi enumeró una serie de medidas concretas para cambiar la actual situación.

La primera es que para hacer inversión social es necesario contar con mayores ingresos, lo que debe venir de una verdadera reforma fiscal y de conseguir no solo gestionar sin legislar sobre impuestos como el IVA.

EH Bildu apuesta por el carácter estratégico del primer sector. En defensa de la soberanía alimentaria, propone aportar cinco millones de euros para promover la introducción de productos autóctonos en los comedores escolares.

La coalición propone también un plan de renovación de pequeñas empresas y cooperativas, con impulso de la marca «Euskal Herria» y dotada de 57 millones más para creación de empleo.

El país, en opinión de EH Bildu, necesita una estrategia industrial fuerte y duradera, liderada públicamente, y que no solo sea una ventanilla de préstamos sin mayor control. Para eso demanda la implicación de Kutxabank y un fondo de 600 millones de euros. Este plan industrial debe estar precedido de un plan energético, para lo que propone crear una empresa pública que desarrolle energías renovables.

La quinta propuesta pasa por el sostenimiento de los servicios públicos y la protección social efectiva. Para ello es preciso garantizar a los trabajadores públicos la recuperación en cuatro años del poder adquisitivo perdido, lo que necesita de una partida anual de 148 euros. En educación hacen falta un millón para empezar a elaborar una ley sobre el sistema educativo propio, cinco millones para crear ayudas para los estudiantes vascos multilingües, trece millones para el Curriculum Vasco y 80 millones más para becas. En Sanidad son precisos 38 millones para publificar servicios sanitarios en comarcas sin hospital, 38 millones para hacer público Onkologikoa y un fondo de 34,2 millones para hacer frente al copago. Además, deben garantizarse las AES y la RGI.

La sexta propuesta es la defensa del pequeño comercio, impulsando su renovación y anteponiendo el sector a las grandes superficies.

EH Bildu aboga por impulsar políticas que refuercen y dinamicen las comarcas como espacios naturales de actividad económica, desarrollo y vida, apostando por lo cercano y evitando que todo se concentre en tres grandes urbes en torno a las capitales.

La estrategia de EH Bildu pasa también por establecer cláusulas sociales que defiendan el marco laboral vasco.

Además, hace también una apuesta por el reparto del trabajo. En este ámbito, incluye una partida de diez millones para políticas de igualdad y, en concreto, para elaborar un completo plan de coeducación.

La coalición abertzale contempla también la reivindicación de la competencia y gestión de la Seguridad Social, para crear un sistema propio basado en una gestión transparente, directa y audaz, puesto que consideran necesario garantizar las prestaciones de la ciudadanía. Propone un fondo de ocho millones de euros para compensar la pérdida de poder adquisitivo de las pensiones. En cuanto a las políticas activas de empleo, EH Bildu propone introducir medidas correctoras en Lanbide.

En cuanto a la «preocupante situación del euskara», EH Bildu pretende que las partidas dirigidas al idioma alcancen el 1,5% del presupuesto, que se ha ido perdiendo con los años. Habría que incrementar este dinero en 53 millones. Además, propone una partida de cinco millones para un plan de euskaldunización de Osakidetza. I.I.

PNV y PP también pactan en Bizkaia

Pese a que la aprobación del presupuesto estaba garantizado por el PSE, representantes de la Diputación de Bizkaia y de los grupos junteros del PNV y el PP firmaron ayer en Bilbo un acuerdo que contempla una quincena de medidas, con un importe aproximado de un millón de euros, y conlleva la retirada de la enmienda a la totalidad y el resto de las enmiendas parciales presentadas por la formación de Arantza Quiroga.

El pacto llegó en la víspera de que hoy se debata en las Juntas Generales la única enmienda a la totalidad que queda y que es la de EH Bildu, que ayer criticó los intereses partidistas de PNV, PSE y PP. GARA