Hombres armados cerca del aeropuerto de la capital centroafricana, Bangui, se enfrentaron a tiros a un contingente militar francés que inició ayer el desarme de las milicias.

Los grupos armados que hasta ahora patrullaban las calles a bordo de su picks-up se han invisibilizado. La operación busca el desarme de los rebeldes de Seleka, mayoritariamente musulmanes y llegados, según sus detractores, de las vecinas Chad y Sudán.

Pero aunque no se vean hombres armados, los milicianos siguen presentes en la ciudad, ocultos entre la población. El ministro de Exteriores francés, Laurent Fabius, reconoció que la misión será compleja. «La dificultad estriba en que muchos ex-Seleka han escondido sus armas y se han vestido de civiles. Será difícil reconocerlos». señaló en declaraciones a la radio France Inter.