En el acto de cierre de campaña celebrado el jueves en el Court Central del Estadio Nacional de Santiago, la expresidenta chilena y exdirectora de ONU Mujeres Michelle Bachelet aseguró que «Chile está listo y maduro para enfrentar las transformaciones que permitan tener ese país más justo que queremos».

Bachelet, que gobernó entre 2006 y 2010, se impuso en la primera vuelta del 17 de noviembre con un 46,6% de los votos, ante otros ocho candidatos. Pero su victoria se vio ensombrecida por la alta abstención que, según datos del Gobierno, se situó en un 44%. Su rival más inmediata, la derechista Evelyn Matthei, sacó un 25,1%.

Durante la campaña, propuso un ambicioso plan de reformas que busca modificar el modelo económico y político legado de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) con una reforma tributaria, impulsando la educación universitaria gratuita y un cambio de Constitución. Matthei, en cambio, no ofrece cambios profundos sino la continuidad de las políticas derechistas del saliente Gobierno de Sebastián Piñera, del que era su ministra de Trabajo.

«No podemos permitir que vengan a hacer experimentos que han dado tan malos resultados en otros países», exclamó Matthei, flanqueada por las figuras más jóvenes y emergentes de la derecha chilena.

En alusión a la exlíder estudiantil Camila Vallejo, militante del Partido Comunista y quien apoya a Bachelet, dijo que una diputada electa quería una nueva Constitución para que Chile se pareciera a Venezuela, «donde cada día es más difícil encontrar alimento. Les recuerda algo esto, ¿no es cierto?», dijo refiriéndose al Gobierno de la Unidad Popular de Salvador Allende, boicoteado por la derecha, que orquestó el golpe de Estado.