La plantilla del Athletic regresó ayer al trabajo tras el empate del domingo en el Sánchez Pizjuán ante el Sevilla (1-1) pero, según se vio en sala de prensa, el penalti fallado por Susaeta aún sigue dando vueltas en el entorno bilbaino. Así, Ander Iturraspe señaló sobre el bajo porcentaje de acierto en este tipo de lanzamientos en los últimos años que «hay que dar con la tecla y mejorarlo, aunque siempre digo que los penaltis de los entrenamientos tienen poco que ver con los de los partidos. Ayer le tocó a Susaeta y todos confiábamos y seguimos confiando en él. Estaba con confianza, pero se la paró bien el portero».

El de Abadiño es consciente de que después del 1-0 de Balaídos «es una opción probable» que la eliminatoria copera frente al Celta se resuelva el jueves en San Mamés en una tanda de lanzamientos desde los once metros. «Habría que preguntárselo al míster, pero yo me ofrezco. Es una parte más del juego y si tengo que echarlo, lo echaré sin ningún problema», señaló antes de reconocer que el pase a octavos está «complicado» al arrastrar el «pequeño lastre» de no haber marcado en Vigo. «Pero sabemos que les podemos ganar y por la diferencia necesaria. Hay que ir poco a poco en el partido, intentar ponernos por delante y tener cuidado de que no nos metan, porque entonces sí sería más complicado darle la vuelta», indicó el vizcaino.

Dos grupos

Respecto a la sesión, únicamente faltaron Aymeric Laporte, titular frente al Sevilla y que hace varias semanas que sigue un plan específico para tratar unas molestias en el muslo izquierdo, y el lesionado Unai Albizua, con una rotura fibrilar.

Ernesto Valverde dividió el trabajo en dos grupos. En el primero participaron los que salieron de inicio en el Sánchez Pizjuán, mientras que en el segundo trabajaron de manera más intensa los suplentes y no convocados para Sevilla, entre ellos el portero del filial Kepa Arrizabalaga y Kike Sola.

Por su parte, Mikel San José dio el susto al tener que abandonar el campo de entrenamiento cojeando de la pierna derecha.