La negativa de PNV, PSE y PP a que la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, y el nuevo responsable de la Ertzaintza, Jorge Aldekoa, comparezcan en el Parlamento de Gasteiz para pronunciarse acerca del «caso Cabacas» solo se entiende desde el miedo a que trascienda toda la verdad en torno al operativo a consecuencia del cual murió el joven basauriarra. Argumentar que EH Bildu en realidad pretende ensuciar el nombre de la Ertzaintza en modo alguno justifica la falta de transparencia en torno a la actuación de la Ertzaintza en el callejón de María Díaz de Haro, una actuación «inexplicable e intolerable» y que causó «la mayor crisis de confianza de la sociedad vasca en su policía», según el propio PNV. El supuesto argumento de esos tres grupos justifica la negación a tan siquiera analizar las responsabilidades políticas de aquel operativo, incluso cuando su responsable es actualmente jefe de la Policía autonómica. Si verdaderamente no hay nada que ocultar, ¿qué inconveniente existe para ese ejercicio de transparencia? El presunto argumento de una oscura «estrategia» de EH Bildu no se sostiene, y resulta inadmisible que se utilice para obstaculizar, impedir la función fiscalizadora del Parlamento en un caso sobre el que en todo momento han existido demasiadas sombras, demasiadas y cambiantes versiones.