IKUSMIRA
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La guerra no puede ser la fuerza que dé al estado más joven del mundo el sentido de su existencia

Sudán del Sur, el estado más joven del mundo, nacido tras un divorcio no amistoso con Sudán, está nuevamente al borde de una guerra interna entre los partidarios del exvicepresidente Mashar, acusado de ser el responsable de un «intento de golpe de Estado», y que pertenece a la tribu Lou Nuer, y los del presidente Kir, de la tribu de los Dinka. Los militares leales a Mashar han logrado tomar la ciudad de Bor, capital del estado de Jonglei, escenario de combates entre el Ejército y los «rebeldes», mientras las atrocidades y las matanzas se extienden por otras partes del territorio. Conquistada Jongler, las fuerzas de Machar parece que se dirigen a los estados de Upper Nile y Unity, donde yacen las lucrativas reservas de petróleo que sostienen la precaria economía de un país con docenas de pueblos, lenguas y creencias que no puede ya unificarse bajo el paraguas de una única guerrilla y el sentimiento «anti-Jartum» como factor de cohesión.

Otra vez el caos, el abismo, la lealtad a la tribu, el hambre de poder y los intereses personales desangrando a un país que no debe hacer de la guerra la fuerza que dé sentido a una existencia donde solo los muertos ven el final de la misma.