El anterior lehendakari del PNV, Juan José Ibarretxe, y el actual presidente del EBB, Andoni Ortuzar, hicieron ayer dos relevantes posicionamientos sobre el derecho a decidir en sendas apariciones en prensa.

Entrevistado en ``Berria'', Ortuzar fue preguntado por la iniciativa social Gure Esku Dago, que dijo ver «con total normalidad». Si bien inicialmente muestra recelos sobre la fecha de la cadena humana convocada para el 8 de junio de 2014 entre Iruñea y Durango, argumentando que la fase final de la preparación coincidirá con la campaña electoral para las europeas, cuando se le interpela directamente sobre si ha pensado tomar parte en la misma, Ortuzar responde: «Sí, pero ahora hay que definir cómo es, para qué se hace y con qué mensaje. A mí me gustaría que fuera con un mensaje amplio y positivo. Que no sea un acto contra nadie, sino que tenga los brazos abiertos a la democracia y a los derechos de Euskal Herria».

En cuanto a Ibarretxe, en un artículo publicado en ``Deia'' se muestra exultante con el acuerdo entre los partidos catalanes para realizar una consulta en noviembre de 2014: «Por supuesto, respeto profundamente el camino que Catalunya ha iniciado, ¡faltaría más!», expone en clara alusión a la posición tomada por su partido, para añadir acto seguido: «Pero es que además me alegro en el alma de que lo hayáis emprendido (...) Sabed que me tenéis no detrás, sino a vuestro lado».

Comienza su artículo exponiendo que «difícilmente olvidaré el 1 de febrero de 2005, cuando en nombre de mi país presenté en las Cortes en Madrid el Nuevo Estatuto Político para Euskadi». Dice que no le sorprendió la respuesta del PP, pero sí la del PSOE, «que en la persona de Alfredo Pérez Rubalcaba pronunció el discurso más canovista. No es de extrañar, con precedentes como este, que para defender el `nuevo patriotismo constitucional' las gentes en España prefieran el original, el PP, que la copia, el PSOE».

Apunta Ibarretxe que al «no» español le sucedió el «sí» vasco con el actual Parlamento y sus dos tercios soberanistas. Augura por tanto que «el asunto volverá, ¡claro que volverá!»