Soy de los que piensan que los estrenos cinematográficos tienen que distinguirse de los televisivos, y no siempre se consigue dar con el estilo narrativo que un largometraje para la pantalla grande demanda. «Guadalquivir» se disfruta en sala de cine visualmente, pero su concepción responde más a la de los documentales que se emiten en la pequeña pantalla sobre Naturaleza. Le falta entramado suficiente y una mínima dramatización, motivo por el que se queda corto en su duración, sin llegar a la hora y media preceptiva.

«Guadalquivir» corre el peligro de no captar el interés del espectador medio, de convertirse en el producto esepecializado sólo apto para los seguidores de los documentales de National Geographic. Un canal para el que, precisamente, ha trabajado el debutante en la dirección cinematográfica Joaquín Gutiérrez Acha, que demuestra las razones por las que es uno de los cámaras más cotizados en el seguimiento de la vida animal.

Domina todas y cada una de las técnicas del género, haciendo exhibición de ello en esta película en la que no faltan las imágenes espectaculares. Los planos aéreos desde el helicóptero resultan grandiosos, aunque es a ras de tierra donde se consiguen tomas ocultas de la fauna salvaje. El macro se emplea para descubrir a los seres que escapan por su tamaño reducido a la vista humana, junto con el timelapses que permite observan el crecimiento de una orquidea a través de un proceso de aceleración. En sentido inverso surgen acciones congeladas mediante la ralentización a una velocidad de mil fotogramas por segundo.

La variedad de recursos técnicos es mucha, aunque insisto en que se echa de menos un hilo conductor argumental, sin que la historia del zorro, apenas esbozada, sirva para justificar el recorrido de los 657 kilómetros de río y el ecosistema al que da lugar. La banda sonora presta a dichas localizaciones sus raíces flamencas, con Estrella Morente cantando a Machado. En su doble función de locutora intenta darle un tono póetico a la voz en off, si bien el texto se hace un tanto preciosista y artificioso.