Javier PÉREZ MARTÍNEZ Belén
Navidades en la Palestina ocupada

El turismo bÍblico es ajeno a la ocupación israelí

Cientos de peregrinos bajan de los autobuses recién estacionados en las calles lindantes a la Plaza del Pesebre, en la ciudad de Belén (Cisjordania, Palestina ocupada). En grupos y acompañados de sus guías turísticos se dirigen a la Basílica de la Natividad, cuyo ábside cubre el lugar donde la teología ortodoxa cristiana establece el nacimiento de Jesús. Una estrella de plata señala el lugar de culto donde hace 2.000 años se encontraría el original y tan representado Portal de Belén.

Aproximadamente un millón de personas al año, procedentes de diferentes países, pasan por la puerta de esa iglesia. Exactamente allí se hace una estimación de cuántos turistas visitan Palestina. Sahar Rishmawi, del Ministerio de Turismo Palestino, considera esta «la manera más fiable de tener un recuento, ya que no tenemos aeropuerto, ni entradas de tierra y mar». En lo que va de año «estamos calculaNdo un incremento del 25% del turismo» respecto al pasado, asegura. Esas cifras se obtienen sin tener en cuenta los viajeros que llegan a Jerusalem Este y a otras ciudades en Cisjordania, pues las controla el ejército israelí desde 1967.

Debido a que la Autoridad Nacional Palestina (ANP) tiene jurisdicción en sitios que nombran los evangelios, desde los Acuerdos de Oslo (firmados en 1993), la importancia del turismo en Palestina ha ido en ascenso, exceptuando el periodo de la segunda Intifada 2000-2006, que supuso una importante caída. Antes, las agencias de viajes internacionales «sólo trabajaban con operadores israelíes»; ahora «también trabajan con operadores palestinos», señala Rishmawi. En consecuencia de lo anterior, el turismo en la ciudad de Belén y su parte vieja supone un 65% de su economía, en comparación con la media palestina, que únicamente significa un 11%. A su vez, una de cada cuatro personas trabaja directa o indirectamente para esta industria en Belén, porque «hemos logrado con mucho esfuerzo y con ayuda del sector privado que los viajeros duerman una noche aquí».

En su mayoría «los turistas que vienen a tierra Santa son peregrinos, es decir, vienen con la idea de visitar los lugares donde estuvo Jesucristo», subraya Rishmawi. Pagan un paquete organizado de «entre una semana y diez días para recorrer Tierra Santa en Israel y Palestina». Sin embargo, pocos de estos devotos llegados de todos los lugares del planeta a dar testimonio de su fe abren los ojos al conflicto israelí-palestino en toda su dimensión.

«¿Habéis visto el muro?»

La pareja de peruanos, Rosa y Miguel Ángel, espera en el pórtico de la Iglesia de la Natividad a que su grupo termine de contemplar sus sótanos. Un joven hereje interrumpe su religioso descanso preguntando: «¿Habéis visto el muro?»-«¿El de Las Lamentaciones? Claro», contesta ella. -«No, no, en Jerusalen, por Belén». Entonces, su compañero corrige: -«¡Ah! ¿El muro de división? Sí lo hemos visto. Sabemos que hay un problema con los palestinos». Por su respuesta, se podría interpretar que desconoce u olvida que las personas que verá a la salida, descartando los turistas, se reconocen como palestinos. En efecto, saben sobre el conflicto pero «solamente por televisión, acá nada»; nadie les ha explicado sobre el tema.

La eterna ciudad de Belén de Judea se sitúa a diez kilómetros de Jerusalén. Conserva un paisaje bíblico que destella. Cualquiera, hasta el más agnóstico, puede quedar ciego por la luz del cielo al fundirse con el color crema de su piedra caliza. Para recuperar la vista sólo basta con toparse con el muro de hormigón de más de ocho metros de altura que levanta Israel. Según el documento elaborado por Kairos Palestine y ARIJ en las Navidades de 2012 ese «muro de segregación israelí en el área municipal de Belén» se extiende en más de treinta kilómetros y planea otros cuarenta. «El trazado es diseñado para controlar las principales cuencas hidrográficas» y abastecer de agua a los «veinte asentamientos con capacidad para más de 107.000 colonos», mientras que la polablación autóctona palestina no alcanza los 30.000 habitantes.

Todas aquellas edificaciones que se adentran en Cisjordania legalemente se denominan ocupación. La misma resolución 242 del Consejo de Seguridad de la ONU exigía a Israel la retirada militar de los territorios árabes ocupados durante la Guerra de los Seis Días. Para intentar comprender una realidad tan compleja desde fuera, se necesita un mínimo de interés. Dado que muchos peregrinos no lo muestran demasiado, los guías, para sus exposiciones, distinguen entre el turismo responsable y el religioso. A los primeros, el guía turístico Iyad les habla de la situación geopolítica e insiste en la pretensión de la ocupación; los segundos escuchan historia antigua y teología: «Ellos no quieren oír hablar del conflicto», sostiene. Sin embargo, ante la pregunta de alguien «entonces sí contesto pero nunca empiezo porque, si el director de turismo se entera que he sacado la política, puedo tener problemas, incluso perder mi trabajo».

Ese temor responde a las presiones de quien paga: «Muchos peregrinos vienen a través de oficinas israelíes», asegura Iyad. En torno a siete de cada diez operadores de viajes que trabajan en Tierra Santa son israelíes. Con todo, se descubre alguna razón más de tan peregrina ceguera. No solamente obedece a la inconsciencia del turista o a las voces del negocio. Los relatos bíblicos sobrevuelan la explicación del control del territorio, pues «la mayoría de los turistas no son tontos», observa Rishmawi, «la gente que viene está al tanto de las noticias». Lo cual no implica que atiendan a los argumentos del ocupado si el juicio del ocupante se erige bajo el dogma de la Tierra Prometida.

Carlos y Gabriel visten la misma camiseta que otras sesenta personas con el dorado de la Cúpula de la Roca sobre el fondo de un Jerusalem serigrafiado, donde se lee: «Colombia... Tierra Santa». Para Gabriel resulta obvio, la historia reciente sólo puede ser explicada en base a la Biblia: «Israel ha cedido Belén a los Palestinos, pero esta tierra pertenece al pueblo judío como escriben los textos sagrados», dice abriendo sus brazos hacia el cielo. Así, concede toda la autoridad a la leyenda del Génesis: Yahvé (el Dios judío) prometió a Jacob la tierra sobre la cual descansaba.

Con la palabra de Dios en la mano, la doctrina rabínica profetizó a los judíos hijos de Israel y, habiendo sido perseguidos, llegada la modernidad, la apología sionista anunció el fin de la diáspora, aunque, sin contar con quienes habitaban en la geografía palestina. Más raro resulta contemplar a quienes, devotos, contraponen las parábolas de «Jesús el judío» llamándose cristianos, ya que, como escribe Geza Vermes -historiador de tiempos bíblicos- en su libro con ese título, éste «se situó entre los parias de su mundo, entre aquellos a los que los respetables despreciaban». Además, docto en teología, refuta su divinidad sosteniendo que «Jesús eludió el título de Mesías». Ese hombre, buen pastor de sublime ética, quizá hubiera sido capaz de hacer ver a los rebaños de peregrinos de hoy día cómo, según relata Mateo en su evangelio (20; 34), hizo ver entonces a los ciegos: «Movido Jesús a compasión, tocó sus ojos. Y en el mismo instante vieron, y se fueron en pos de él».

Fechas para la memoria: 7 MESES DE CALVARIO

23 de JULIO

Un terremoto de escala 7 sacude Pakistan, Ao en la reqen la reque sufre al misue sufre al mismo tiemo los efecpo los efectos de un monzon devastador.

26 DE JULIO

El gobierno ofrece el primer repierden todas pertenencuento provisional rtos, 14.000 hepierden todas pertenencias y se ven obligados a dejar sus casas.

15 DE AGOSTO

El Parlamento Euopeo, en reunomica de tropecientos mAcuerda asimismo enil euros. Acuerda asimismo enviar tropas para ayudar en las taecouccion.

15 DE NOVIEMBRE

Tras largos meses de espera infructuosa, el gobierno pudas, asi como por la tardanza en la conccesion de lasesion de las ayudas prometidas. Nadie contesta.

7 DE ENERO

Acuerda asimismo enviar tropas para ayudar en lases de gobierno pakistani protesta por la desidia demostrada en la concedesidia demossion de las ayudas.

26 DE JULIO

El gobierno ofrece el primer recuento provisional rtos, 14.000 hepierden todas pertenencias y se ven obligados a dejar n obligados a dejar sus sus casas.

Tristes navidades para la atacada minoría cristiana en Pakistán

Los supervivientes del atentado contra la minoría cristiana en setiembre, el más mortífero en la historia de Pakistán, celebraran una Navidad recordando a sus familiares muertos. La pequeña catedral All Saints de Peshawar sigue mostrando las huellas del doble atentado suicida que en plena misa dominical dejó un saldo de 82 muertos, además de los dos kamikazes.

Anwar Jojar perdió ese día a seis miembros de su familia, entre ellos tres hermanos. «En Navidades me faltan, me faltan tanto que daría mi brazo para que estuvieran», llora desconsolada tras la misa del pasado domingo. «Cada familia ha perdido (al menos) a uno o dos miembros. ¿Cómo vamos a celebrar la Navidad? Este año no habrá celebraciones», coincide Nasreen Anwar, que perdió a su hija de 14 años en el atentado.

Descendientes de las castas más bajas de India, los cristianos en Pakistán son acusados de todos los males. No obstante, tras el atentado de Peshawar, musulmanes y partidos islamistas se colocaron a su lado en las protestas. Damon WAKE (AFP)