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Los Hermanos Musulmanes desafían la persecución con protestas en todo el país

Al menos tres personas murieron por la represión de las protestas contra el régimen golpista egipcio, lideradas por los Hermanos Musulmanes, que desafiaron así la persecución que culminó con la declaración de la Hermandad como «organización terrorista».

Desafiando a la implacable represión que el régimen golpista egipcio ha desatado sobre los Hermanos Musulmanes -culminada con su declaración como «organización terrorista»- sus miembros y simpatizantes se manifestaron ayer en El Cairo y varias ciudades del país tras el rezo del viernes.

Comenzaron así la que denominaron «Semana de la Ira» en la que la Coalición egipcia para la Defensa de la Legitimidad, que incluye a los Hermanos Musulmanes y otros grupos afines, ha convocado una semana de protestas en todo el país.

«Los injustos terroristas sobrepasaron los límites (...) y llegó el momento de aumentar la ira», afirmaron, añadiendo que comenzarán las protestas con «fuerza y pacifismo».

La Policía reprimió con dureza las protestas y provocó al menos tres muertos y varios heridos, aunque el Ministerio del Interior atribuyó las muertes a enfrentamientos con vecinos y acusó a los manifestantes de utilizar armas de fuego.

Además, en estas protestas el Gobierno aumentó las detenciones masivas que venía practicando durante las jornadas anteriores y al menos 265 perso- nas fueron arrestadas. Con la nueva designación como grupo «terrorista», estos detenidos se enfrentan ahora a la amenaza de cinco años de prisión por participar en las manifestaciones o incluso a la pena de muerte.

Tres muertos

Según una fuente hospitalaria, un hombre murió en Samalute, al sur de El Cairo. Dos de los fallecidos son un simpatizante de los Hermanos de 18 años muerto en la ciudad de Damieta de un disparo y otro fallecido en la localidad de Miniyah, al sur de El Cairo.

Particularmente intensos fueron los choques en la Universidad de Al-Azhar de El Cairo, donde la Policía disparó gases lacrimógenos contra manifestantes que lanzaban piedras, y una columna de humo se elevaba desde los dormitorios. Un estudiante murió como consecuencia de estos sucesos.

La Hermandad señaló que el estudiante Abdelatif Ahmed murió por disparos de perdigones lanzados por las fuerzas de seguridad que irrumpieron en el campus universitario donde se estaban registrando manifestaciones, lo que causó también decenas de heridos.

El Ministerio del Interior negó su responsabilidad en la muerte de Ahmed y afirmó que el joven falleció durante los choques entre manifestantes y varios grupos de vecinos. Fuentes de seguridad señalaron que tres coches policiales fueron incendiados en El Cairo y Miniyah.

Pese a la dureza de la represión, las protestas fueron masivas y se sucedieron principalmente en la capital, Alejandría (norte), Suez (noreste), Al-Fayum (centro), Menia (este) y Damieta (norte).

En El Cairo, las manifestaciones más destacadas tuvieron lugar en los barrios de Maadi, Imbaba y también Al-Haram, donde la Policía lanzó gases lacrimógenos y disparó perdigones contra los participantes, según el portavoz de la cofradía, Mustafa al-Jatib. Tuvieron como elemento común pancartas con el símbolo islamista de la mano con cuatro dedos levantados y la frase «terrorismo es el golpe de Estado», en alusión a la deposición del expresidente Mohamed Morsi a manos del Ejército el pasado 3 de julio.

El general Abdel Fattah al-Sissi, jefe del Ejército y verdadero detentador del poder en Egipto, prometió el jueves «eliminar» a los «terroristas» después de los últimos atentados que, aunque asumidos por un grupo yihadista, han servido de excusa para culminar la persecución de los Hermanos Musulmanes.

La Hermandad, además de haber sufrido un millar de muertos desde el golpe, tener encarcelada a toda su dirección y a miles de militantes, ha visto ilegalizados en las últimas horas el diario «Libertad y Justicia» y el partido del mismo nombre que ha ganado todas las elecciones democráticas en el país, y el Estado ha requisado toda la obra social que llevaba a cabo.