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La ANP china pone fin a los «campos de trabajo» y relaja la política del hijo único

La Asamblea Nacional Popular, el máximo órgano legislativo de China, aprobó ayer dos esperados avances en materia social y de derechos humanos, el fin de los controvertidos «campos de reeducación» y la relajación de la no menos criticada política del hijo único.

La más alta instancia legislativa de China, la Asamblea Nacional Popular (ANP), aprobó como estaba previsto ayer la abolición de los «campos de reeducación por trabajo» (laojiao) y la relajación de la política del hijo único, de forma que las parejas puedan tener hasta dos vástagos si uno de ellos no tiene hermanos. Ambas decisiones fueron tomadas en la última reunión del año de la ANP, tras una semana de deliberaciones y mes y medio después de que el Partido Comunista de China prometiera éstas y otras reformas sociales y económicas.

Los «campos de trabajo» han sido abolidos casi 60 años después de que fueran instaurados por Mao Zedong, «tras cumplir su misión histórica», según aseguró la agencia oficial Xinhua.

La ANP especificó que, una vez promulgada la resolución, aquellos que cumplen pena en estos centros serán libres, aunque los castigos impuestos antes de la abolición serán «válidos».

Este sistema fue instaurado en 1957 para posibilitar castigos rápidos a delincuentes menores y privaciones de libertad de hasta cuatro años sin necesidad de senten- cia, pero, según sus detractores, acabó convirtiéndose en una herramienta política y sirvió para privar de libertad a disidentes.

Respecto a la reforma legal de la política del hijo único, permitirá un segundo vástago a las familias en las que uno de los cónyuges carezca de hermanos (antes esta excepción solo se ofrecía si tanto el padre como la madre cumplían el requisito).

Ahora está en manos de las asambleas provinciales la puesta en práctica de la nueva política, ya que su aplicación varía según cada división administrativa.

Autoridades sanitarias y de planificación chinas calculan que esta reforma hará que nazcan dos millones de niños chinos más cada año, aumentando de siete a nueve millones la cifra total de nacimientos anuales.

La política del hijo único se inició a finales de los 70 y principios de los 80 para frenar la superpoblación, pero en los últimos años expertos y legisladores chinos han abogado por su relajación, debido al rápido envejecimiento poblacional, el desequilibrio entre hombres y mujeres y la escasez de mano de obra. En 2012, la población activa bajó en 3,45 millones de personas y los mayores de 60 años son ya casi un tercio del total (400 millones).